Johan Galtung es un científico social oslense, de profesión matemático y sociólogo.
En los años cincuenta se negó a prestar el servicio militar obligatorio y propuso que, en vez de esto, su trabajo fuese en el área de las ciencias políticas lo cual fue aceptado.
Mas tarde, debido a su profundización en estudios filosóficos, se dedicó a entender la manera de como Gandhi había hecho su revolución pacífica desde Sudáfrica hasta la India. Fundó el Instituto Internacional de Investigación de Paz de Estocolmo (SIPRI), que ayudaría a solucionar los conflictos de guerra que ha tenido la humanidad basados en argumentos históricos, estadísticos y filosóficos.
Armamento y Desarme, Paz y Desarrollo y Conflicto, Paz y Seguridad, son las tres líneas de investigación, que han servido a países como España, Irlanda, Francia e Italia a resolver problemas eternos de sicariato organizado, insurgencia armamentística y narcotráfico social, temas que en la actualidad cobran un millar de vidas, y cuesta billones de euros a un margen inestable del PIB de la Unión Europea.
En una de sus teorías, Galtung sostiene que hay cuatro caminos para lograr una Política de la Paz: Desarme, Defensa Alternativa, Equilibrio de Fuerzas y Resolución de Conflictos. Siendo los dos primeros agentes exógenos al estado.
Galtung, define las acciones del desarme como una ecuación matemática inversa, es decir que si hay desarme hay menos armas y si hay menos armas, caen las ventas de la guerra. Esta relación inversa, desprotege las fábricas de armamento de los países asiáticos que por primera vez superan a Estados Unidos, Rusia, India, Alemania y Francia dejándolos en un segundo lugar.
El gasto militar global según SIPRI, en el último año aumentó el 3,9% sobre el año pasado, cuestión que, preocupa a los grandes países del hemisferio norte, pero no los anima a discutir.
Todos saben que desmilitarizar sus países no está en la agenda y menos cuando hoy en día hay tanta tensión comercial y de salud pública, en la que cada tweet o cada fake news puede incidir en las acciones de una compañía o en la imagen de un político.
Alguna vez, compartí palabras en un avión con el expresidente del grupo Éxito, el psicólogo y empresario Gonzalo Restrepo, el cual regresaba como uno de los delegados del gobierno en la mesa de negociación de la Habana. Al final le pregunté que como había visto los resultados del plebiscito, y me respondió algo sencillo: “Siempre que se piense en guerra nunca habrá paz”.
Nunca olvidaré esas palabras. Con razón, llevamos así, desde el comienzo de la humanidad, viviendo entre disputas y guerras codiciosas que finalmente, son muy lucrativas.
Nicolás Maquiavelo, en su libro El príncipe redacta: Un pueblo corrompido, que se puso en república, no puede mantenerse en ella más que con una suma dificultad. Cuando hay corrupción en el estado, las leyes nunca servirán de nada. Por eso es mejor, a veces, pensar en la música, en el arte, en la historia y así, no pensamos tanto en violencia.
Luis Felipe Chávez Giraldo
Historiador
lfch1978@yahoo.com