Han pasado 102 años desde el inicio de la temida gripa Española y, justo dos años antes, en 1916, Henry Fayol, el padre de la teoría Clásica comenzaba a divulgarla, definiendo la estructura y las funciones que debería tener una organización para lograr la eficiencia de su operación. Me pregunto qué tanto de la estructura propuesta, principios y definiciones, fueron puestos al servicio de las organizaciones y de las personas en tan compleja época.
Quienes tuvimos oportunidad de conocer la teoría en los primeros años de carrera -especialmente en las facultades de Administración e Ingeniería-, entendimos que se centraba en las funciones administrativas y se fundamentaba en 5 actividades principales, a saber: planear, organizar, dirigir, coordinar y controlar.
La teoría esbozaba también 14 principios que van desde la definición del trabajo hasta el espíritu de equipo. También hizo grandes aportes a la práctica de la Administración y sugirió por primera vez el perfil del Administrador y qué cualidades mínimas debía tener este.
Características que bien pudieron ser llamadas competencias y que hoy han venido siendo estudiadas, nombradas y evidenciadas, pudiéndose contar fácilmente más de una veintena de estas en el Ejecutivo Moderno.
Así las cosas, es el momento en el que debemos sacar de nuestro “anaquel mental” las mejores competencias y ponerlas al servicio de las organizaciones, de nuestros empleados y de la comunidad en general. Es por esta razón que me permito señalar cuáles -en mi criterio- son las cuatro indispensables y, que comportamientos observables dentro de éstas competencias constituyen el “maridaje” perfecto para gestionar, liderar organizaciones y equipos de alto desempeño en momentos del Covid19.
Pienso por lo tanto que debemos concentrarnos en las siguientes habilidades o competencias:
a. Evaluar problemas
b. Influenciar gente
c. Adaptar enfoques
d. Entregar resultados
He sustentado este escrito en una prueba de análisis de competencias denominada Wave, la cual define y mide el grado de desarrollo de estas habilidades en los ejecutivos y a través de la cual es posible profundizar en las conductas de cada una.
Por el frecuente uso de la herramienta en nuestra firma a cientos de ejecutivos de la región, hemos podido evidenciar, que dichas competencias están altamente desarrolladas en el Ejecutivo Latinoamericano en general y por supuesto en el Colombiano en particular, quienes las han visto potenciadas por la convulsa historia de nuestro país.
Sin más preámbulo, observamos que la primera competencia elegida para efecto de este análisis, Evaluación de Problemas, cuenta con una serie de comportamientos observables que la hacen indispensable en estos momentos; Entre otros; la importancia del análisis de información, la comprobación de los hechos y la capacidad de interpretar la información. Este último cobra especial relevancia dada la gran cantidad de data que sobre la situación actual se genera y que es emitida por diferentes fuentes.
Estas habilidades le permiten al Ejecutivo Moderno activar otro comportamiento como lo es la intuición, que por su parte le permite llevar a cabo el proceso mental de la deducción. Verbigracia: prever en qué momento se podrían estar reduciendo los efectos de la actual situación y así poner en marcha las estrategias planteadas y las ideas generadas en época de restricción.
Sobre la segunda, Influenciando a la Gente, sería este el momento más oportuno para sacarla a relucir y tal vez uno de los comportamientos a destacar es crear y mantener rapport, que le que permite construir confianza, armonía, y sobre todo: Cooperación.
Con relación a la tercera, Adaptando Enfoques, de los nueve comportamientos que evaluamos a traves de la herramienta mencionada, considero dos muy relevantes en estos días.
Compostura: sin duda los líderes estamos abocados a administrar las emociones personales y evitar reacciones negativas ante provocaciones, oposiciones, y hostilidad de los demás, ya que estos comportamientos se exacerban enormemente en las condiciones de estrés que estamos viviendo.
Por lo tanto, a pesar de la presión, el líder debe mantenerse tranquilo, trabajar duro y eficientemente mostrando un alto desempeño. El otro comportamiento clave es: ser positivo pero realista, como dijo William Arthur Ward: “El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas”.
Y por último, la capacidad de Entregar Resultados, es decir, cumplir lo planeado y lo prometido sin errores, siguiendo procedimientos y manteniendo altos estándares. No se puede desconocer que el entorno cambió, y que actuar da tranquilidad en este gran momento para la reinvención. Probablemente las más importantes conductas ahora son tomar acción y aprovechar las oportunidades.
En resumen, como me lo dijo un CEO amigo, lider exitoso de una importante compañía del sector de consumo masivo que por supuesto está sufriendo los embates de esta situación: “Sin duda, las competencias blandas de los altos ejecutivos que se requieren en estos momentos son otras”, y mucha razón tiene.
Roberto Hall E
Socio
Amrop Top Management