Mucho se habla del comportamiento económico de las empresas, sus ingresos operacionales y ganancias, pero no lo suficiente de su contribución a la sociedad en materia sostenible, tema fundamental a la luz de la búsqueda del bien común.
Las Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), nacieron precisamente con el fin de jalonar esa transformación que tanto necesitan las organizaciones, de cara no solamente al impulso de la economía, sino también de la sociedad y el medio ambiente. Se trata de contribuir a la solución de problemas sociales y ambientales y de dar una respuesta a la etapa de transformación positiva que está viviendo el tejido empresarial colombiano, que sin el compromiso de diversos actores públicos y privados no sería posible.
En este sentido, las Sociedades BIC son una de las grandes apuestas de este gobierno y se convierten en un actor clave en la reactivación sostenible que se está llevando a cabo en el país.
Y es que estamos viviendo un cambio de paradigma en la misión de las empresas y cada vez son más los empresarios e inversionistas que están redefiniendo el éxito empresarial con miras a la sostenibilidad. Es por esto que esta nueva generación de sociedades, reconocida en el marco de la Ley 1901 de 2018, impacta positivamente la economía, sociedad y medio ambiente en 5 frentes o dimensiones: modelos de negocio, gobierno corporativo, prácticas laborales, prácticas ambientales y prácticas con la comunidad.
Así, establecen modelos de negocio en los que contratan bienes o servicios con empresas locales o que pertenecen a mujeres y minorías o implementan prácticas de comercio justo.
Tienen gobiernos corporativos cuyas juntas directivas incluyen personas de distintas culturas, etnias, orientación sexual y diversidad de género, y son transparentes en la divulgación del impacto con reportes de gestión basados en estándares internacionales. Implementan prácticas laborales en las que establecen remuneraciones salariales justas y equitativas; realizan prácticas amigables con el medio ambiente; y adelantan prácticas con la comunidad como la creación de opciones de trabajo para poblaciones estructuralmente desempleadas o incentivan actividades de voluntariado y crean alianzas con fundaciones que apoyen obras sociales en interés de la comunidad.
Pero, ¿por qué una empresa debería ser sociedad BIC? Porque gana visibilidad y aumenta su valor reputacional en el mercado, fideliza a clientes y proveedores, atrae y retiene a su talento humano, inversión privada, gestiona mejor la tensión de su actividad productiva con las comunidades y el medio ambiente y se integra a redes que persiguen propósitos similares.
Además, ser empresa BIC trae beneficios como tarifas preferenciales en servicios de propiedad industrial, ventajas tributarias, condiciones preferenciales en líneas de crédito y acceso preferente a convocatorias. Con las sociedades BIC ganan el medio ambiente, la comunidad, los trabajadores, el consumidor, los inversionistas, los emprendedores y el país. ¡Apuéstele a ser empresa BIC!
José Manuel Restrepo
Ministro de Comercio Industria y Turismo