Colombia fue líder en crecimiento económico en la región para el primer trimestre del 2019, con un 2,8 por ciento (o 2,3 por ciento desestacionalizado), frente al 0,46 por ciento de Brasil, 1,6 por ciento registrado en Chile y 2,3 por ciento de Perú.
No es la primera vez en los últimos años que logramos la distinción de liderar la región y tampoco es la primera vez que los gobiernos de turno lo resaltan. Después de todo, hay un límite para lo que podemos lograr como país, si como región y ahora como mundo, no estamos creciendo.
No obstante, no es común que nuestro crecimiento rivalice con el de Perú y que le saquemos tanta distancia a Chile. Así que la idea debe ser estudiada con más detenimiento. Nuestra teoría es que al país no le va mejor ni peor, solo va rezagado en el ciclo regional. Una desincronización ocasionada por el continuo intervencionismo en el mercado de petróleo, que ha revivido varias veces este activo en contravía de la debilidad ya de casi una década en el resto de materias primas.
Esto es importante por dos razones. Primero, en promedios de largo plazo la separación ya terminó y no vamos tan bien como creemos. Segundo, en lugar de creer que estamos haciendo algo mejor, tal vez es más útil entender las razones del rezago de los vecinos y así prepararnos para lo que puede ser nuestro propio futuro. Cabe recordar que en los últimos 12 meses un choque liviano en inflación en Brasil, Chile y Perú fue suficiente para quitarle todo el momento a su recuperación económica.
Hoy, las proyecciones locales están negando ambas posibilidades, acá la inflación no va a subir y el PIB, piensa el Gobierno, va a llegar al 4 por ciento en el 2020.
HOY POR TI MAÑANA POR MÍ
Los economistas aprendemos despacio. Desde que inició la crisis en materias primas en el 2012 hemos estado minimizando este suceso y esperando que los factores internos –tan populares entre el 2006 y el 2012 para explicar el crecimiento del 5 por ciento en la región–, aparezcan para iniciar la recuperación.
Mientras tanto, el PIB promedio se ha reducido al 2 por ciento con solo mejoras temporales cada vez que el petróleo, el cobre o algún otro activo que monopoliza nuestras exportaciones rebota.
Es por esto que al contar la historia de éxito local, no se puede omitir que la caída del petróleo comienza un par de años después que el cobre y el resto de materias primas, lo que nos ha llevado a lidiar con los mismos problemas de bajo crecimiento y choques inflacionarios solo unos periodos después.
Así que, aunque en términos de largo plazo nuestro PIB promedio y el de Perú han liderado la región desde el 2012, con solo retrasar el de Colombia 15 meses, tanto la sincronía como la ventaja de los incas sobre nosotros regresan.
MAL DE MUCHOS
Basados en la idea de que Colombia no va mejor sino solo rezagada, existe un solo factor que los últimos 12 meses ha golpeado al resto excepto a nosotros.
La inflación en nuestros vecinos prácticamente se dobló en el último año. Desde principios del 2018, el IPC en Perú subió de 0,25 a 2,73 por ciento, en Chile de 1,50 a 3,1 por ciento (ahora en 2,3 por ciento) y en Brasil de 2,54 a 4,66 por ciento.
Este es un movimiento que pudo haber terminado ya en cada una de estas economías y que mantiene los precios aún en niveles confortables para la banca central.
No obstante, esto quiere decir que al consumidor de la región se le dobló el crecimiento en los precios en el último año mientras nosotros disfrutamos del segundo ciclo más bajo en la historia, con nuestro IPC cayendo del 4 al 3 por ciento en el mismo periodo. Acá, el mensaje más importante no es que en Colombia la inflación se pueda subir moderadamente siguiendo a nuestros vecinos, sino que un poco de precios al alza fue suficiente para descarrilar la recuperación económica regional.
SI CAMINA COMO PATO...
En resumen, la verdadera diferencia en nuestro crecimiento es que hasta ahora hemos evitado un choque inflacionario moderado, en el cual el costo de vida en la región subió por dos razones en el último año: la recuperación económica que ya se fue y la presión sincronizada en los componentes de alimentos.
A mediados del 2018 el PIB trimestral en Brasil creció por encima del 1 por ciento, mientras Chile y Perú alcanzaron niveles del 5 por ciento, números que no se veían desde el 2014 y bien diferentes al 0,4 por ciento, 1,6 por ciento y 2,3 por ciento actuales.
A esta presión positiva sobre precios se le sumó el rebote en alimentos de -2 a 7 por ciento en Brasil, de 0 a 4 por ciento en Chile y de -2 a 2 por ciento en Perú.
Si en Colombia superamos la historia triunfalista de que nos va mejor que al resto, podremos ver que la región hace rato es una ventana hacia nuestro futuro. El país le apunta en el 2019 al crecimiento de nuestros vecinos en el 2018 por encima del 3 por ciento y nuestro componente de inflación de alimentos ya subió de 0 a 3,4 por ciento, hoy más alto que el de Chile y Perú.
Por el lado positivo, la bola de cristal de la región indica que nos deberían quedar algunos trimestres de buen crecimiento tratando de marcar niveles más cercanos a los récords logrados por Chile y Perú en el 2018.
No obstante, pensamos que el aumento en la inflación local sería más pronunciado, cerca al 4 por ciento a principios del próximo año, y esto será suficiente para enredar el crecimiento del 2020.
Felipe Campos Salazar
Gerente de Estrategia e Investigaciones Económicas, Alianza