De 3’065.000 personas en condición de discapacidad que hay en Colombia, según el Dane, el 26% han trabajado alguna vez en su vida y solo 3 de cada 10 personas han recibido alguna remuneración por una actividad laboral no exactamente formal.
Como especialista en temas de inclusión y diversidad, además de que nací con parálisis cerebral, entiendo muy bien que el trabajo no es solo un derecho, sino un deber. El deber de esta población de capacitarse para adquirir mayores competencias que les permitan ser más elegibles en el campo laboral.
El hecho de poseer algún tipo de discapacidad, que yo lo llamo, tener cualidades distintas, representa un gran reto, por lo cual la capacitación nos permite empoderarnos, esto significa mayor libertad al realizar cualquier actividad, para poder interactuar de manera regular en el ámbito laboral. Una de las grandes herramientas para este proceso es la tecnología ya que ayuda a un mejor desenvolvimiento a la hora de desarrollar algún trabajo.
El home office es una oportunidad para que esta población sea más elegible para las vacantes, pues la infraestructura y accesibilidad ya no son un obstáculo, y la tecnología se convierte en una ventaja.
Mary Pat Radabaugh, Directora del programa de personas con discapacidad de IBM, indica que “La tecnología hace la vida más fácil para todos, pero para las personas con habilidades distintas, hace las cosas posibles”.
Es por eso que programas como los que ofrece Integración Social o el Ministerio de las TIC, son fundamentales para esta población.
El Centro de Atención Distrital para la Inclusión Social (CADIS) cuenta con cursos complementarios y cursos certificados que no van dirigidos a personas con discapacidad, y a sus cuidadores.
El Ministerio de las TIC lanzó ‘Ciudadanía Digital’, una iniciativa que capacitó de forma virtual y presencial a 600 ciudadanos con discapacidad través de la página: www.ciudadaniadigital.gov.co. Este tipo de programas están diseñados para que personas con diferentes grados y tipos de discapacidad puedan capacitarse; personas invidentes o sordas, cuentan con ‘Jaws’ que convierte a voz la información que se encuentra en la pantalla o subtitula lo que dicen los instructores.
Dentro de los programas se encuentra ‘principios del comercio electrónico, ‘seguridad con prevención’, ‘espacios y talentos preparados para el trabajo usando tecnología’, ‘periodismo ciudadano: recursos para la comunicación digital’ y más; además existen cursos o tutoriales de bajo costo o gratuitos que se encuentran en internet.
Este tipo de esfuerzos tendrían mayor impacto si se lograra una unión multisectorial, para que las empresas estén unidas a las universidades, fundaciones o cualquier ente que sirva para lograr una inclusión laboral para las personas en condición de discapacidad.
Sin duda, la educación debe estar al alcance de todos y hacer parte de una formación integral para las personas con cualidades distintas, así se logra realmente, una sociedad inclusiva.
Eduardo Frontado Sánchez
Consultor en temas de diversidad e inclusión laboral.
