La crisis del coronavirus ha desatado, una batalla geopolítica tan absurda como inútil. Echarse la culpa mutuamente de la aparición o del desarrollo de la pandemia, presentarse como el país que más ayuda a los demás, criticar a los que más fueron afectados: son algunos de los comportamientos que se han observado por parte de dirigentes podemás responsabilidad. itamos dejar de pelear y empezar a actuar juntos, concentrando los esfuerzos en tres prioridades imprescindibles para superar la crisis: coordinación, cooperación y sNecesolidarirosos, de los cuales se esperada.
Por esta razón la Unión Europea, respondiendo al llamado de la Organización Mundial de la Salud, y con el impulso de Francia, entre otros países de los cinco continentes, se propuso coordinar una respuesta mundial a la crisis lanzando la iniciativa ACT (actuar en inglés) por Access to Covid-19 Tools (acceso a los instrumentos contra el Covid). Dicha iniciativa se plantea tres objetivos: 1/ acelerar la concepción y producción de pruebas, tratamientos y vacunas; 2/ garantizar un acceso seguro, equitativo y universal a estas soluciones; 3/ fortalecer los sistemas de salud incluso contra otras enfermedades.
El 4 de mayo, una conferencia logró recaudar 7,4 mil millones de euros en pocas horas, de la propia UE, de países como Francia Alemania, Canadá, Japón, Arabia Saudita, etc… así como de la Fundación Gates. Esta contribución se añade a la que cada actor hace individualmente para luchar a nivel internacional contra el Covid-19 (Francia va a invertir así 1.200 millones de euros, en particular en África, para apoyar a los sistemas de salud y los actores de terreno).
ACT está basada en ideas sencillas: los futuros tratamientos y vacuna, que necesitamos cuanto antes, serán un bien público mundial que ninguna nación o empresa podrá pretender apropiarse. Por supuesto sus inventores deberán recibir una justa remuneración pero sin impedir el libre acceso, legal y económico, de todos –países y pacientes– a ellos. Frente a esta pandemia u otra, la incapacidad de un país de luchar eficientemente nos perjudica a todos alimentando focos de epidemia que pueden afectar.
El éxito requiere una alianza original de Estados y organizaciones internacionales, y de múltiples actores públicos y privados, centros de investigación, bancos de desarrollo y organizaciones de la sociedad civil. Esta alianza se apoyará sobre grandes iniciativas internacionales preexistentes contra las principales enfermedades infecciosas como el Fondo Mundial VIH-Malaria-Tuberculosis, GAVI (la alianza global para las vacunas) o Unitaid (que promueve la aceleración de la puesta a disposición de tratamientos). Es esencial que todos los Estados que creen en el multilateralismo y la solidaridad internacional y que las principales potencias del planeta apoyen y suscriban a los principios fundamentales de esta iniciativa. El tiempo para buscar lo que ha fallado en nuestra organización nacional y colectiva y lo que se debe mejorar para poder enfrentar otra pandemia en el futuro vendrá…pero más tarde.
Gautier Mignot
Embajador de Francia en Colombia