La tragedia normalmente suele despertar todo tipo de actitudes y comportamientos propios de quienes de una u otra forma la adoptan como propia. En Colombia, contamos con 5 tipos de personas que describen perfectamente las actuaciones frente a la misma: (i) El “Claudia López:” Es aquel que la usa descaradamente como su bastión político y oportunista, pero en últimas por lo menos dona; (ii) El “Daniel Cabrales:” Aquel desvergonzado que la usa como estandarte popular, pero no dona, no hace nada y además lo critica todo; (iii) El “Roy:” no es de acá ni de allá, pero se manda unos tuits divinos, ¡poesía pura!; (iv) El “Gustav Petrov:” No sabe dónde está parado, fusila también fotos de otros y las asume como gestión propia (tipo metro de Rusia), miente, critica, desinforma y la agarra con los medios de comunicación; no propone, no dona y usa el dolor como mecanismo de posicionamiento; (v) el “gato” o la víctima: aquel que sin ser político, sufre por la tragedia, ve de qué manera puede ayudar, asume como propio el reto de servir, dona y si no tiene se consigue a alguien para que lo haga.
El anterior, básicamente ha sido nuestro país los últimos 8 días; Un Juan Manuel Santos que aunque impopular y tibio para Gobernar, se ha portado a la altura de la situación y sin caer en las provocaciones rastreras de la oposición, ha adoptado una posición digna, como la que habríamos querido ver en 7 años de incertidumbre, inexactitudes y mentiras.
Su principal opositor político, entre mil trinos #GraciasMedellín, #GraciasMontería #GraciasNeiva, #GraciasBogotá, y todos los Municipios del país, incluidos sus corregimientos y casi que los nombres de cada notario, dejaba entrever con incomodidad un par de condolencias que necesitaron con más fuerza y decoro los centenares de personas que perdieron todo, incluidas sus familias, por la grave cuenta de cobro que nos pasó la naturaleza.
Algunas campañas políticas diseñaron Hashtags con las caras de la tragedia, otras salieron a su paso con dignidad, y con compromiso y sinceridad prestaron su apoyo sin tintes ni escudos, dejándonos entrever que como en las “barras bravas”, cada hinchada o movimiento político tiene su propia rata, pero también abundan los que se comportan y viven cada situación con altura y diligencia.
Mientras todo esto sucedía, el Maestro Maluma por ejemplo fue condecorado en la Gobernación de Antioquia por la antología y servicio social de sus líricas, algo así como la Cruz de Boyacá al comportamiento cívico para Germán Vargas, un Nobel de mesura para Claudia López, o la nacionalidad de nuestro país a la siempre grata Piedad Córdoba.
La vida seguía girando evidentemente al son de nuestros gobernantes, unos cumpliendo su papel de forma decorosa y otros con la estrategia por delante dejando ver de qué manera le hacían un DOFA a la situación de Mocoa.
El Presidente, por ejemplo, que como ya habíamos mencionado, se había portado a la altura de cara a la tragedia, peló el cobre como Martín buscando petróleo en su nariz, y la emprendió con los medios de comunicación, culpándolos del “pesimismo” económico sembrado desde las entrañas tributarias de algún prócer que juró no incrementar los impuestos de ningún tipo. Vestigios propios del acorralado, que con desconocimiento de sus acciones busca pretextos tiranos para apabullar a la opinión pública.
Como ven, nada tiene sentido, temas van y vienen con el transcurrir de los días y poco a poco nuestra historia, OJALÁ NO, irá olvidando la enorme tristeza que embarga cada una de las historias de nuestros más de 300 hermanos que perdieron su vida mientras dormían.
Es apenas entendible que con estos 5 tipos de personas y formas como asumimos un mismo suceso, nuestra tasa de capital humano fugado busque nuevas formas de vida en otros países. El enorme problema, es que a pesar de que “los buenos son más”, las oportunidades, la historia, los contextos y la impotencia por nuestra clase política, ha incrementado sustancialmente esa fuga; desesperando a buenos profesionales que lo tienen todo, e invitándolos a irse, a pesar de que la naturaleza, la omisión, la falta de gestión o el mismo estado con sus políticas, desdibujen una realidad social que no es esperanzadora, pero que con esos niveles de “deserción” de los buenos, vamos a dejar este país en manos de quienes le sacan provecho a los accidentes de la vida.
Hay otros 385 municipios con un riesgo superior o igual al de Mocoa. ¿Usted qué va a hacer?; ¿va a empezar a detectar a dónde va a recoger votos?; ¿va a salir corriendo de este país dejando que las sanguijuelas lo desangren? Amigo lector, lo invito a que sea el “gato” del paseo y sin afán alguno, simplemente por el negocio de dejarle algo decente y equilibrado a sus hijos, no desintegre a su familia, no salga corriendo y con su confianza, desde su oficio, trabaje para que Colombia, con sus tragedias diarias, salga adelante con decencia, educación equidad y justicia.
Andrés F. Hoyos E.
Comunicador social y periodista
@donandreshoyos
opinión
La tragedia: bastión de fortuna para los desvergonzados
Hay otros 385 municipios con un riesgo superior o igual al de Mocoa. ¿Usted qué va a hacer?; ¿va a empezar a detectar a dónde va a recoger votos?.
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