Ha pasado un poco más de un mes desde que se celebró el Día Internacional contra la Corrupción, fecha en la que gobiernos y organizaciones se propusieron fomentar conciencia y crear estrategias que le hagan frente a esta problemática mundial. Sin embargo, esta es una labor que requiere de nuestra atención día tras día.
Y a pesar de que la cultura latinoamericana históricamente ha estado acostumbrada a convivir con este tipo de acciones, lo cierto es que cada vez más compañías están buscando la manera de ejecutar proyectos que eviten, a toda costa, cualquier tipo de corrupción.
Entre los graves efectos que trae consigo este fenómeno están el retraso en el desarrollo, la ineficiencia económica, la injusticia y desigualdad, y la pérdida de la reputación, entre muchos otros. En el caso colombiano, la corrupción, y todos los actos delictivos que proceden de ella, han sido la principal causa de la mayoría de los problemas sociales que actualmente se viven en el país.
En el Informe Global de Fraude y Riesgo 2021 realizado por Kroll, se evidenció que casi la mitad de los encuestados en Colombia (47%) considera que los programas para prevenir el soborno y la corrupción son ineficaces, colocando al país en el lugar más bajo en términos de confianza en las instituciones y en sus medidas implementadas.
Lo anterior demuestra que aún hoy falta mucho camino por recorrer para que las estrategias tengan un impacto real.
Casi la mitad de los encuestados en Colombia (47%) considera que los programas para prevenir el soborno y la corrupción son ineficaces
COMPARTIR EN TWITTERDe igual forma, de acuerdo con el más reciente estudio de Kroll, denominado ‘Nuevas tendencias: Informe comparativo de lucha contra el soborno y la corrupción 2021’, las empresas, muchas veces, emplean cambios muy superficiales en su gestión para cumplir con las regulaciones en contra de la corrupción, lo que impide erradicar por completo esta problemática. Por tal motivo, es esencial que desde el liderazgo de cada área corporativa se fomente una cultura íntegra, donde primen los valores por encima de los intereses individuales.
Es clave que después de implementar esta cultura en todos los procesos corporativos de toma de decisiones, se haga un seguimiento periódico, evaluando puntos como los mensajes organizativos, la dotación de recursos, los incentivos comerciales y los mecanismos de respuesta y remediación. Al final, lo que determina la eficacia de esta medida es el cumplimiento de la teoría en la praxis.
La lucha contra la corrupción es un inconveniente que requiere de la atención de la sociedad, pues cada individuo y organización pueden contribuir con acciones positivas, que ayuden a construir pensamientos beneficiosos que se verán reflejados en una economía más fuerte y en mejores condiciones de vida.
Desde Kroll buscamos equipar a las organizaciones con las herramientas necesarias para prevenir y mitigar los problemas relacionados a la corrupción que se puede presentar dentro de cualquier gestión. La asesoría, el diseño y la implementación de programas, y la evaluación y el control de riesgos internos y de terceros, son algunas de las soluciones que implementamos para hacerle frente a esta amenaza.
PABLO IRAGORRI
Director General de Kroll y Jefe de Oficina en Colombia.
