Por muchos años, el Gobierno, reguladores, la institucionalidad del sector TIC y la mayoría de las empresas de telecomunicaciones, han sostenido que el retraso en la conectividad del país es resultado de la falta de competencia. Es verdad que el 40% de los colombianos no tienen acceso a Internet de banda ancha, pero no por falta de competencia. En Colombia hay 17 prestadores de servicios móviles entre operadores de red y virtuales, los precios han bajado 24% en el último año y 50% de los colombianos cambian de operador cada año. ¿No hay competencia?
Por eso, el Gobierno actual y el Ministerio TIC, liderado por Mauricio Lizcano, de manera acertada han diagnosticado que la deficiencia en conectividad en el país es realmente resultado de la falta de inversión por parte de todos los competidores del mercado y no sólo de algunos de ellos. Se requiere migrar de una política de optimización de las inversiones, a conveniencia de las empresas con capital público, a una de competencia de infraestructuras.
La reglamentación de Obligaciones de Hacer -ODH- recientemente expedida, en anticipación de la subasta 5G, le da vida a la Ley de Modernización de las TIC (Ley 1978 de 2019) de usar un bien público como lo es el espectro, en beneficio de los colombianos y la conectividad del país. En lugar de recaudar fondos para las arcas del Estado se enfocan estos recursos para ampliar la cobertura y en servicio de los menos favorecidos.
Las ODH son, sin duda, una gran herramienta legal que impone a los OMR, que resulten adjudicatarios del espectro, un compromiso ineludible de ampliar la cobertura y calidad de los servicios de voz e internet móvil en todo el país, llegando a esos territorios donde los incentivos de mercado no son suficientes, conectando a los desconectados.
La subasta de 2019 incluyó ODH para las telcos que obtuvimos espectro en esa ocasión. Por ejemplo, en ésta Claro se comprometió a llevar en los siguientes cinco años cobertura 4G a 1.348 nuevas localidades que nunca habían tenido servicio de telefonía móvil. Hoy, un poco más de tres años después de asignado formalmente el espectro, la empresa ya ha instalado conexiones en más del 50% de esas poblaciones beneficiando a cerca de 360 mil colombianos con tecnología de última generación.
Políticas plenamente sustentadas en lo técnico como las ODH y el decidido avance hacia el 5G, trazan el camino para conectar a aquellos que residen en zonas apartadas y a la población más vulnerable. Sin embargo, la necesidad de acelerar la expansión de la cobertura y elevar la calidad de los servicios es apremiante, pues cada día sin conectividad significa pérdida de oportunidades y agravamiento de las desigualdades. Es imperativo actuar con celeridad para llevar los beneficios de la conectividad a todo el país, pues conectar a los desconectados es la ruta hacia un futuro inclusivo que no podemos eludir.
JUAN CARLOS ARCHILA CABAL
Presidente de América Móvil Colombia