El mundo está transitando por la cuarta revolución industrial, la tercera fue la de las tecnologías de la información, la comunicación y el internet. La que vivimos es la de las máquinas inteligentes, con capacidades que van desde el análisis de grandes volúmenes de información, el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, hasta la robótica avanzada.
Desde hace algunos años, la demanda de talento en toda clase compañías se enfoca en personas que tengan habilidades que les permitan navegar sin contratiempos en medio del mar de la revolución 4.0, impulsada casi exclusivamente por tecnologías digitales, y que puedan generar soluciones a los problemas de esta nueva economía. Según el informe ‘El Imperativo de la Transformación Digital’, publicado por el BID, “seguirles el ritmo a los rápidos cambios en las industrias digitales se está convirtiendo en un desafío incluso para las economías avanzadas y para sus empresas más sofisticadas”.
El problema que surge en medio de este panorama en países como Colombia, es que los avances tecnológicos son más rápidos que el aprendizaje de las competencias necesarias para aprovechar oportunidades como las que ofrece la economía naranja que mezcla ciencia, tecnología, arte y creatividad para transformar ideas en bienes y servicios culturales.
La compañía de tecnología Cisco prevé que este año el déficit alcanzará los 450.000 profesionales en tecnologías de la información (TI) en América Latina, mientras que la consultora Manpower concluye en una encuesta que para el 47 por ciento de las empresas en Colombia, encontrar una fuerza de trabajo con la formación adecuada es uno de sus principales obstáculos para crecer, lo que nos conduce a la pregunta de ¿cómo cerrar la brecha?
La solución proviene del mismo lugar que generó la necesidad: el entorno digital y sus herramientas educativas, piezas clave que permiten estimular la creatividad, la innovación y el avance social. La tecnología permite hacer cursos en línea en competencias digitales y tecnológicas que van desde el uso de herramientas para construir un plan de negocios, fotografía digital, aprendizaje automático y programación Python, hasta iniciativas para mejorar la experiencia de usuario en la web y cómo ganar dinero con YouTube.
El Gobierno Nacional, algunas administraciones locales, el sector privado, la academia y organizaciones sin ánimo de lucro así lo han entendido, y a través de diversos planes, cursos y diplomas en temas tecnológicos están promoviendo la formación de colombianos en competencias digitales para impulsar la competitividad, la innovación y la proyección internacional del país. Esta clase de formación abre posibilidades de empleo o emprendimiento y permite aprender a cualquier ritmo. Muchos de estos estudios son certificados por compañías en línea para explotar el potencial digital de los negocios.
Un análisis del Martin Prosperity Institute, citado por el informe del BID, concluyó que el 44,3 por ciento de las inversiones en el mercado de capitales de riesgo en Estados Unidos (el más grande del mundo), se fue a negocios dedicados a generar software, inventar dispositivos, prestar servicios de tecnologías, información, redes y tecnología digital en general.
En medio de este importante punto de inflexión, los sectores público y privado debemos seguir impulsando la educación para el desarrollo tecnológico como el único camino hacia cierre del abismo entre oferta y demanda de talento digital.
Giovanni Stella
Gerente general Google Colombia y Centroamérica