En 2020, el Banco Central de Brasil avanzó con la introducción del Sistema de Pagos Instantáneos, o PIX. Esta plataforma permite la realización de transacciones financieras en tiempo real entre cuentas de entidades bancarias.
El Banco Central -administrador de PIX y regulador del sector- obligó a todas las entidades financieras en el país por encima de cierto tamaño a vincularse con la plataforma, y priorizarla en sus apps. PIX es utilizada principalmente para transferencias entre personas, o para compras en línea o mediante códigos QR en tiendas físicas.
El surgimiento de PIX respondió a la urgente necesidad de llegarle a una población no bancarizada, y de lograr una interoperabilidad entre las diversas Fintech existentes. Las transacciones instantáneas y gratuitas para los usuarios individuales han ofrecido un camino hacia la inclusión financiera digital en un país con una alta tasa de desbancarización. Sin embargo, la revolución financiera que PIX ha impulsado en Brasil no ha estado exenta de escándalos y desafíos significativos.
Desde la perspectiva de los comerciantes, las tarifas aplicadas a las transacciones comerciales han generado críticas. Muchos sostienen que estos cargos son exorbitantes y representan una carga financiera injusta para las empresas. Además, se argumenta que, aunque PIX se promociona como un servicio gratuito para los ciudadanos, alberga costos ocultos que son asumidos por los contribuyentes a través de impuestos. PIX no cumple con los estándares de transparencia o recuperación de costos de cualquier otra red de pagos, protección de la privacidad de los datos de sus usuarios, ni tiene estándares de protección contra el fraude o conocimiento de los beneficiarios reales de una transacción. El sistema PIX ha sido objeto de fraudes y estafas, dejando serias dudas sobre la seguridad de las transacciones y los recursos de los usuarios, un aspecto de crucial importancia en el sistema financiero.
Finalmente, PIX no cumple con los estándares internacionales de gobernanza sana que tienen hoy sectores como las telecomunicaciones o la energía, donde se exige unas condiciones de competencia leal entre los distintos actores -oficiales o privados-, una separación absoluta entre el regulador y el operador de un servicio, y una transparencia frente al costo e inversión de PIX, el cual es desconocido.
En Colombia, el Plan Nacional de Desarrollo ha facilitado que el Banco de la República avance en una estrategia similar a PIX. En el país si bien en pagos y transacciones entre personas se ha avanzado con plataformas de pago como Daviplata, Nequi o Tpaga, en los comercios aún estamos en una fase inicial.
¿Podríamos considerar que PIX ha sido un éxito en Brasil? ¿Existen estrategias alternativas para abordar los desafíos de la bancarización e interoperabilidad? La seguridad es un factor clave a resolver en estos procesos, con los recursos de los ciudadanos en juego, tanto en términos de fraude como de financiación de la plataforma. La discusión acerca de “PIX o no PIX” sigue vigente y la forma como será implementada en Colombia aviva la discusión.
VÍCTOR MUÑOZ
Argia Green Tech and economics.