Germán Cardona Gutiérrez, ministro de Transporte, envió el pasado 15 de abril una carta a los candidatos presidenciales acerca de lo hecho y lo pendiente en relación con la infraestructura como pilar fundamental del mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos.
Su mensaje más importante es que esta tarea es de largo aliento y quien asuma la presidencia el 7 de agosto, tiene una responsabilidad histórica: demostrar que Colombia no admite más que la llegada de un mandatario sea como si empezáramos de nuevo. Los 7.000 kilómetros de este programa son la gran revolución en la competitividad del país, pero solo si, como todos esperamos, se adjudican bien el paquete de proyectos contemplados. Este gobierno adjudicará 30 de los 40 previstos.
Se me vienen a la memoria los primeros meses del ministro Cardona cuando era blanco de críticas –hasta el Presidente se sintió tentado en igual sentido– porque no arrancaban los proyectos. ¡No arranca el ministro, como dirían los de la Luciérnaga! El inmediatismo de hacer por hacer, ha sido una característica muy propia de los políticos populistas y de la corrupción. Hay que agradecer al Ministro su insistencia en que primero había que estructurar para hacer bien.
Acabo de ser testigo de qué significa estructurar y hacer bien, en una visita a los proyectos Pacífico 1, 2 y 3. Desde que se promovieron intensamente desde Antioquia las Autopistas para la Prosperidad, hemos estado cerca de todos los procesos de este gran paquete de vías y sobre el cual solo hay opiniones favorables en todos los sectores sociales. Pero ver su desarrollo y conversar con los responsables in situ, es un asunto que recomiendo si queremos ejercer el derecho ciudadano de velar por las buenas prácticas de la gestión pública y privada.
Uno de los aspectos que más llama la atención de la visita mencionada, es la forma como se están desarrollando los túneles, tema que tantos dolores de cabeza ha dado en este país. La maquinaria es de clase mundial, el equipamiento del personal es seguro y de calidad, los sistemas de tratamiento de aguas y ventilación son responsables y el cuidado con el desarrollo de los diseños es preciso.
Pero lo más trascendente de la visita fue conocer la planta de Prefabricados Cartama que, definitivamente, industrializa la construcción de infraestructura, lo que tanta falta hace al país, dado el tratamiento aún artesanal de muchos procesos, que lamentablemente es un factor que ha influido en muchos de nuestros fracasos constructivos. Una planta de prefabricados –pretensados en vigas, prelosas y box culvert– que asegura la calidad de estos elementos, permite ejecutar en menor tiempo las obras, reduce la accidentalidad de los trabajadores de la construcción y es amigable con el medioambiente. Esta planta, transportable, puede convertirse en un gran proveedor de todas las obras de infraestructura en este país, con enormes beneficios en ese sentido para tener más pronto y mejores desarrollos en vías.
Estamos con el Ministro: dar continuidad a las 4G no significa hacer continuismo político: “es impulsar las soluciones de productividad y competitividad que tanto han esperado los colombianos”.
Rafael Aubad L.
Presidente Proantioquia