En el 2017 entrará en la arena internacional un hombre con instintos de businessman, quien tendrá a cargo el ejército más poderoso del mundo.
Trump, como el ‘Brexit’, no estaba en los cálculos de los formadores de opinión. La consternación de los narradores del Washington Post en la noche de la elección aumentaba a medida que llegaban los resultados definitivos. Las encuestas volvieron a fallar, y las bolsas (que leen la bola de cristal bastante bien), estuvieron vacilantes.
La visión de Trump es que con el presupuesto de Estados Unidos se está financiando la defensa de los países de la alianza militar de la Otan, así como la defensa de Japón y Corea del Sur. Ellos tendrán que aumentar el gasto de su defensa o Estados Unidos disminuirá el suyo. Japón y Corea tendrán que ser capaces de defenderse solos.
En cuanto al arma nuclear, Trump ha dicho que es un asunto que se tratará caso por caso. Hoy, la bomba atómica la tienen los cinco del Consejo de Seguridad de la ONU (India, Pakistán e Israel, Corea del Norte tiene la fórmula, que se la proporcionó Pakistán.
Irán debe estar jubiloso por haber negociado a tiempo con los cinco del Consejo de Seguridad: recuperó los 150 billones de dólares que estaban bajo la justicia gringa y logró levantar las sanciones comerciales. ¿Desconocerá Trump ese acuerdo? Si lo hace, lo que seguirá son sanciones comerciales. En ese caso, se pegará un tiro en el pie, pues los europeos ya están haciendo negocios grandes con los iraníes.
Con respecto a Rusia, hay química entre Putin y Trump. Rusia es un enemigo que ha fabricado occidente. Lo acusan de haber invadido a Ucrania, anexado a Crimea, ser aliado de Al-Assad, y de cometer crímenes de guerra en Alepo (Siria). La prensa occidental no reporta el punto de vista ni la versión de los hechos del lado de Rusia. Así, pues, este país es percibido en Occidente como un enemigo, y desde hace algunos años las dos partes se están mostrando los músculos.
Respecto a China, ha dicho que la construcción de las pistas de aterrizaje en los arrecifes del mar del sur del gigante asiático ha sido una agresión, pero que eso está muy lejos y ya están construidas.
En cuanto al Isis, ha dicho que “los va a volver m…” (sic), pero no ha dicho cómo.
¿HABRÁ GUERRA COMERCIAL?
La cuestión comercial va a ser interesante durante su mandato. Trump ha argumentado que los tratados de libre comercio han sido un pésimo negocio para Estados Unidos, pues les ha robado empleos. Los TLC son contratos internacionales cuya modificación o terminación se hace de manera negociada. Si está dentro de la ética de negocios de Trump cumplir con los contratos, no adoptará medidas restrictivas unilaterales. De hacerlo, producirá una guerra comercial que es un pierde-pierde, ya que en el comercio internacional no hay impunidad. En un escenario de negociación, es probable que en el curso de la misma se dé cuenta de que la anulación de concesiones mutuas también es un pierde-pierde.
El Acuerdo Transpacífico (TPP) y Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión con la Unión Europea (TTIP), se irán al congelador.
Más complicada es la situación de su vecino México. El presidente Peña Nieto tuvo la visión de invitar a almorzar a Trump cuando estaba abajo en las encuestas. Los mexicanos le dieron mucho palo a Peña Nieto, pero los acontecimientos han mostrado que fue una decisión acertada; no se debe tratar al vecino como a un enemigo. El problema no es tanto la construcción de un muro en la frontera, pues los gringos pueden hacer lo que se les antoje dentro de su territorio, sino saber cómo va a hacer Trump para que los mexicanos la paguen.
El otro problema de Trump es su temperamento. Ya los estadounidenses tuvieron como presidente a un general con temperamento militar, a un canciller con instinto militar; ahora eligieron a un Chief Executive Officer que dice ser un gran negociador. Su palanca negociadora será la fortaleza económica y militar de Estados Unidos; esa palanca no resiste el peso del mundo entero. ¿Por qué ganó Trump? Porque los que votaron por él les gusta como es.
Diego Prieto
Experto en comercio exterior.
ANÁLISIS
¿Será Donald Trump un peligro para el mundo?
Trump ha argumentado que los tratados de libre comercio han sido pésimo negocio para Estados Unidos, pues le ha robado empleos.
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