Para muchos colombianos, las cesantías son un mecanismo que muy pocas veces es percibido en su cotidianidad, pero que una vez se conoce, se comprende la gran importancia que este tiene para diferentes aspectos de la vida. Esta prestación social, que es pagada por el empleador y que deben ser consignadas al empleado antes del 14 de febrero, representa un alivio instantáneo para muchos, una oportunidad de ahorro para el futuro y para cumplir sueños como el de tener una casa o estudiar.
Las cesantías son uno de los mecanismos con los que contamos las personas para acercarnos al futuro que soñamos. Y es que ahorrar año a año el equivalente a un mes de salario facilita que podamos, entre otras, poder pagar los estudios propios o de nuestros seres queridos, comprar o remodelar vivienda, tener un alivio económico en caso de perder el empleo, y contar con recursos en caso de que nuestros ingresos se hayan visto disminuidos, como ocurrió con muchos colombianos por cuenta de la covid-19.
Muestra de lo anterior es que, al cierre del 2021, se contabilizaron $7 billones retirados en cesantías por los empleados en Colombia, lo cual representa un crecimiento del 13,2% con respecto a 2020, y que se emplearon para compra o mejora de vivienda (54% del total de los retiros), así como un salvavidas por terminación de contrato (34,7%), o para educación (7,6%). Esta es una muestra de lo conveniente que resulta contar con estos recursos.
Otro aspecto positivo es el pago de los intereses a las cesantías, un beneficio que reciben los trabajadores colombianos y que corresponden al 12% del valor de las cesantías de ese año. Estas se le deben entregar directamente el trabajador antes del 31 de enero de cada año. Otra posibilidad de generar ahorro y acercarnos al cumplimiento de nuestras metas.
Y es que quienes ahorran van dándole mayor forma al mañana desde el hoy, pues construyen una posición financiera más sólida que les facilita materializar los sueños que tienen. Por ello, uno de los regalos que tenemos en común los colombianos durante la infancia, es una alcancía, símbolo universal del ahorro.
Llamo en este espacio la atención sobre esto, pues nuestros niveles de ahorro son bajos y como sociedad tenemos un reto al respecto en este frente de promover el ahorro. De acuerdo con un informe de 2021 publicado por Kantar, solo 1 de cada 10 colombianos ahorra. Asimismo, en su libro Repensar la pobreza, los Nobel de economía Esther Duflo y Abhijit Banerjee comentan que “la forma que tenemos de pensar sobre el presente es muy distinta a la forma que tenemos de pensar sobre el futuro”, algo conocido como inconsistencia temporal.
Si bien tenemos la inclinación a posponer los pequeños costos porque queremos disfrutar del presente, es el momento de repensar cómo podemos ahorrar y que mecanismos tenemos para esto. Cuando ahorramos las cesantías estamos invirtiendo en un ladrillo más para el hogar, en la matrícula educativa y en otro día de tranquilidad en caso de llegar a perder el empleo. Considerar las cesantías, saber administrarlas y ahorrarlas de forma correcta, permitirá estar más cerca de nuestros sueños y de su materialización.
JUAN DAVID CORREA
Presidente de Protección