Ha sido evidente en muchos países en desarrollo que la industria del turismo es uno de los factores más determinantes en la generación de oportunidades económicas, socioculturales y ambientales. Sin embargo, en lo que concierne a este último aspecto, las empresas del sector enfrentan un desafío que cada vez más reclama su atención: la generación de prácticas que incentiven el progreso de destinos turísticos sostenibles.
Por un lado, se habla de la creación de empleo directo e indirecto para los miembros de la comunidad local, la descentralización económica, la exportación y captación sustancial de divisas, así como el fortalecimiento en infraestructura de las ciudades. Mientras que los beneficios socioculturales de esta actividad se reflejan en el reconocimiento de una identidad, historia, cultura y estilos de vida que, finalmente, alimentan el sentido de pertenencia de una sociedad.
Según el más reciente informe de la Organización Mundial del Turismo sobre el comportamiento del sector en 2015, América recibió 191 millones de llegadas turísticas, lo cual significa un incremento del 5% en comparación al año anterior. En el caso particular de Colombia, el crecimiento de las llegadas turísticas tuvo un incremento del 9%, es decir, 3’640.000 visitantes extranjeros no residentes.
No obstante, estas cifras que demuestran un vertiginoso crecimiento, que en general configuran un panorama exponencialmente positivo para el futuro del país y la región, hay una serie de impactos que han abierto los ojos de los organismos regulatorios internacionales en materia de medioambiente. ¿Qué medidas podemos tomar las organizaciones y las empresas del sector para hacer que estas oportunidades, brindadas por ese incremento, no se conviertan en un arma de doble filo para el desarrollo sostenible?
Convertirse en un destino turístico amigable con el medioambiente ha dejado de ser un tema que se queda en palabras para algunos países. Incluso, varios han decidido apostarles a las certificaciones en turismo sostenible y ecoturismo dentro de una estandarización internacional de criterios que así lo avalen. Estos esfuerzos, además de asegurar el cumplimiento mínimo de normas y prácticas sostenibles en la industria del turismo, aportan visibilidad, credibilidad y reconocimiento entre los turistas. Tal ha sido el caso de países como Noruega, México y Costa Rica.
Este último país creó, a través del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), el Certificado para la Sostenibilidad Turística, que permite categorizar y diferenciar empresas turísticas que de alguna forma se acerquen a un modelo de sostenibilidad natural, cultural y social. Esta innovadora práctica en la región ha sido impulsada tanto desde el sector público como el privado, y ha servido como modelo para otros países como Guatemala, Nicaragua o Panamá.
México por su parte ha sido reconocido por sus programas como ‘Corazón y Vida Maya’ en el estado de Quintana Roo, o Reserva de la ‘Biosfera de la Sierra Gorda’ en el estado de Querétaro, impulsados por distintas organizaciones turísticas.
Mientras tanto, Noruega ha sido destacada en diversas ocasiones por ser el destino más sostenible en el mundo. Esto hasta el punto de crear un sistema de estandarización propio que acredite la sostenibilidad.
No hay duda de que en Colombia estamos haciendo esfuerzos importantes para apuntarle a ser un destino turístico sostenible.
Especial mención merece el Plan Sectorial de Turismo 2014-2018 del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que tiene como foco definir los fundamentos de la cultura turística en el país y la construcción de paz, en el cual las instituciones de educación tienen una participación significativa.
Sin embargo, para llegar a ser un destino turístico sostenible, las empresas debemos contribuir de manera decisiva partiendo de la idea de que deben ganarse su licencia para operar, innovar y crecer ante la ciudadanía y deben entender el rol de sus públicos para lograr este objetivo.
La conciencia del turista ha evolucionado y con él la industria turística debería hacerlo también. El turista de hoy le apuesta al turismo responsable y tiende a simpatizar con empresas que genuinamente se esfuerzan por cerciorarse de contribuir positivamente a estos destinos.
El viajero se preocupa por cómo impacta al medioambiente a través de sus acciones, rechaza cualquier tipo de actividad empresarialmente antiética y se informa más allá de lo que las agencias de viajes, hoteles o aerolíneas le venden sobre este tema. Esto es un hecho frente al que definitivamente no podemos ser indiferentes y nos obliga a actuar ya.
En ese sentido, como aerolínea comprometida con el desarrollo sostenible del país, llevamos a cabo iniciativas como ‘Cuido Mi Destino’, con el apoyo de diferentes entes gubernamentales. Este programa de responsabilidad social empresarial fue concebido por LAN en 2009 y se implementa con éxito en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, para fomentar una conciencia turística que aporte al desarrollo sostenible.
El programa ha recuperado cerca de 40 espacios turísticos, ubicados en un total de 17 municipios de todos los países de Suramérica.
Con tres años de ejecución de ‘Cuido Mi Destino’ en Colombia, hemos logrado involucrar a más de más de 2 mil jóvenes estudiantes de 17 municipios y ciudades ubicados en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
En Colombia, han participado en ‘Cuido Mi Destino’ más de 150 voluntarios de LAN y 200 estudiantes de instituciones públicas y privadas del proyecto mediante nueve intervenciones distribuidas entre Santa Fe de Antioquia; Girón, Santander; y San Andrés, logrando rescatar y reactivar lugares con gran valor patrimonial y ambiental para el turismo del país.
Además, 65 proveedores locales se han beneficiado al prestar sus servicios o al vender sus productos para la iniciativa, se han plantado más 3 mil metros cuadrados de prado y cerca de 4 mil plantas y árboles de diferentes especies.
Como cualquier otro tipo de actividad económica que incentiva el crecimiento del país, el turismo implica la utilización de una serie de recursos que necesariamente impacta el entorno donde se desarrolla.
En consecuencia, estamos llamados a prepararnos, no sólo en términos de infraestructura, sino para fortalecer iniciativas de responsabilidad social corporativa como ‘Cuido mi destino’ de cara a mitigar los impactos colaterales de esta actividad.
Para que el programa tenga cada vez más impacto y haya un mayor interés en involucrarse por parte de las comunidades, continuaremos trabajando de la mano con los gobiernos locales y en sintonía con los objetivos de turismo indicados en el Plan Nacional de Desarrollo, orientados a la implementación de buenas prácticas turísticas, la educación y la generación de sentido de pertenencia.
María Lara
Directora de asuntos corporativos de LAN Colombia.
El turismo sostenible
Hoy, el viajero se preocupa por cómo impactan las empresas turísticas el medioambiente.
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
Camilo Sánchez
Inconveniente humo constituyente
Nuestra responsabilidad histórica está en evitar que cantos de sirena sigan dividiendo al país.
María Sol Navia V.
¿Ha logrado la mujer superar barreras?
Otros Columnistas
Importancia del agua en agenda empresarial
Gonzalo Gallo González
Shoganai - Gamán
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Camilo Herrera Mora
Críticos
Victor Muñoz
Rumbo al Armagedón en el 2026
Rodrigo Villamizar
Colisión de tarifas e importación de gas: una bola de nieve social
La gente demanda es que bajen los precios de la electricidad que consumen.
Ricardo Santamaría
Hay María Corina para rato
La historia de estas elecciones en Venezuela es que quizás nunca lleguen a realizarse.