Toda actividad humana produce impactos medioambientales. El sector carbonífero mundial en los últimos años ha sido fuertemente estigmatizado, y Colombia no ha sido ajeno a ese proceso. Sin embargo, mucha de la información que se dice no corresponde a la realidad o son verdades a medias.
No es un secreto que este sector es protagonista en el desarrollo económico y social de la nación. Sus aportes han permitido el crecimiento de otros sectores de la economía y han sido la fuente de financiación para el mejoramiento de la calidad de vida de millones de colombianos y la construcción de escuelas, vías, hospitales y acueductos en muchas regiones del país. Además de esto, este sector ha estado altamente comprometido con el desarrollo de una actividad sostenible y limpia. De acuerdo con Benjamin Sporton, director de World Coal Association (WCA), las mejores prácticas de protección ambiental y trabajo comunitario de la industria están en Colombia.
Por otra parte, el carbón colombiano no solo es de buena calidad y alto poder calorífico. También es uno de los más limpios del mundo por su bajo contenido de cenizas y pocas emisiones de dióxido de azufre, lo que genera menor contaminación. El carbón del interior del país es ejemplo a nivel mundial de encadenamientos productivos, además de ser de los más apetecidos por la industria del acero. El coque, por su parte, como producto procesado y que agrega valor, posicionó a Colombia como tercer país exportador en el 2018, con 3,5 millones de toneladas.
Según previsiones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), en el 2040 el mundo consumirá 30 por ciento más de energía y aumentará la demanda de fuentes confiables, mientras se diversifica la generación con fuentes renovables no convencionales. Las energías renovables son necesarias, pero estas requieren un respaldo por la inestabilidad del sol y el viento. Así mismo, demandan de mucha infraestructura y los materiales para esta son hechos de carbón metalúrgico, por lo que este mineral seguirá cumpliendo un papel importante.
El principal reto es encontrar métodos más limpios de combustión para reducir las emisiones, como la gasificación de carbón, y otras tecnologías críticas y supercríticas que permiten reducir e incluso eliminar las emisiones de CO2. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha manifestado que uno de los desafíos más importantes de Colombia en los próximos tres años es garantizar el suministro de energía eléctrica. El carbón puede proveer esta energía confiable, ya que garantiza el abastecimiento energético. Los grandes yacimientos del país nos ofrecen un potencial enorme para la generación de energía y sembrar la transición hacia nuevas fuentes para los próximos 20 años.
Nuestros recursos naturales deben convertirse en el eje central del desarrollo sostenible de Colombia, impactando de la menor manera posible los ecosistemas y compensando el uso de la tierra de forma integral desde la exploración hasta el cierre, restaurando el territorio y fortaleciendo la estructura social para que las inversiones perduren.
Juan Manuel Sánchez V.
Presidente de Fenalcarbón