MIÉRCOLES, 29 DE NOVIEMBRE DE 2023

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Paul Weiss Salas

Hostilidad hacia los inversionistas

Paul Weiss Salas
POR:
Paul Weiss Salas

Me parecieron acertados los comentarios de Jaime Humberto López, presidente de Asobolsa, publicados el 25 de agosto en El Tiempo. El mayor valor que le otorgo a sus declaraciones es el de publicar las opiniones de los actores de una actividad económica que está prácticamente acabada: la bursátil colombiana. Me abstendré de repetir aquí las cifras ahí presentadas. Pero sí quiero ahondar un poco más en las razones que esgrime el doctor López para que las cosas anden tan mal en el mercado bursátil.

Desde hace unos años, la actividad que realizaban las bolsas locales reunía una serie de tareas que hoy están repartidas en diferentes entidades. A manera de ejemplo, por la misma figura jurídica de las bolsas, estas representaban los intereses de las sociedades comisionistas, las cuales a su vez representaban los intereses de los inversionistas. Hoy, los intereses de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), se han apartado de esa cadena virtuosa. Desde que la BVC pasó a ser una entidad que tiene como objetivo principal administrar unas plataformas de transacción de valores y otros activos financieros, y que, además, debe generar utilidades para sus accionistas, pierde el eje central de su actividad previa que fue velar por los intereses de los inversionistas. No juzgo este cambio, pero así es.

La actividad de autorregulación del sector bursátil actualmente desarrollada por una entidad independiente, como lo es el Autorregulador del Mercado de Valores, pertenecía a la BVC hasta hace unos años, ya no. Y si bien es cierto que esta actividad ha mejorado la regulación del mercado, también lo es que se ha convertido en un nuevo centro de generación de utilidades que contribuye al encarecimiento de la actividad bursátil.

Se crean los depósitos centrales de valores, de los que no discuto su importancia para la seguridad del mercado, pero que también tienen ánimo de lucro y en los cuales la medida de su éxito incluye los resultados financieros. En mi opinión, en este particular caso, se justificaría la participación de otros jugadores que, en sana competencia, regularan las tarifas del servicio de administración y custodia de valores.

El área a la cual el doctor López no alude es a la de sus representadas, las sociedades comisionistas de bolsa. Muchas de estas firmas no tienen claro cuál es su papel frente a sus clientes inversionistas, pues en varios casos se quedan en la función de operadores de los sistemas bursátiles (traders), olvidando dar la necesaria asesoría a sus clientes. También, en ocasiones, han estado más interesados en servir a los intereses de los emisores de valores, defendiendo los precios de colocación por encima de los intereses de los inversionistas, tal vez porque se ven presionados por las cuotas de ventas que sus jefes les imponen.

Por último, debo mencionar que la llamada ‘bancarización’ de los comisionistas de bolsa, que le otorga solidez al intermediario, ha traído como efecto negativa la censura que se les impone a sus analistas para que no expresen sus verdaderas opiniones sobre las alternativas de inversión, ya que podrían ser contrarias a los intereses de sus grandes clientes de otras áreas de mayor importancia en su grupo financiero.

Las sanciones que se dicten a quienes violaron la confianza de los inversionistas, si son severas ayudarán a recuperar la necesaria credibilidad en el alicaído mercado bursátil.

Paul Weiss Salas

Experto en inversiones bursátiles

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