Con grandes flujos llegan grandes responsabilidades. Si quieren entender el gran apetito internacional por la deuda local colombiana, déjenme presentarles a su más grande y nuevo jugador: la familia de fondos de Franklin Templeton.
El año pasado el país recibió un record histórico de 21 billones de pesos de inversión extranjera en TES. Esto fue tres veces lo que recibimos en el 2015 y 2014 (6,9 billones de pesos y 5,7 billones, respectivamente) y probablemente tres veces más de lo que cualquiera estaba proyectando.
Si bien esto debería hablar bien de las expectativas de flujos futuros, cada vez es más claro que lo sucedido en el 2016 fue muy particular.
No porque Colombia no mereciera la atención, sino porque el 48% de las compras del 2016 fueron realizadas por una sola familia de fondos, nueva en el país y que adicionalmente concentró toda su capacidad en bonos de larga duración, creando así una gran distorsión en la rentabilidad de estos títulos y de paso en el dólar.
UNA INVASIÓN EXTRANJERA DIRECTA
Los bonos colombianos emitidos en pesos hace tiempo se ganaron el corazón de los extranjeros. Las cifras muestran que la participación foránea en la emisión total de TES pasó del 2% en el 2010 al 25% actual, y el 35% en sólo referencias en tasa fija. Esto significa un aumento en seis años de las tenencias de fondos internacionales de 3 billones de pesos a 57 billones de un total emitido de 236 billones.
No obstante, el acelerador fue pisado a fondo en el 2016. El 35% de todo lo que tienen los extranjeros se adquirió el año pasado. Esto es 21 billones de pesos en compras en un año de alzas de tasas locales, riesgos en la calificación y desaceleración económica. Momento de introducir a la fuerza dominante detrás de todo esto.
A ESCENA LOS FONDOS TEMPLETON
Durante el 2016 la familia de fondos Templeton adquirió 10 billones de pesos en TES. Esto fue el 48% de la demanda extranjera del año pasado, suficiente para llevarlo de no tener un solo TES en el 2015 a ser hoy el principal tenedor extranjero con 4% de la emisión total.
Así mismo, el 80% de estas compras fueron dirigidas a títulos de alta duración en especial bonos con vencimientos en el 2026 y 2030.
Este último dato es relevante ya que podemos comenzar a hacer comparaciones incluso con tenedores locales. En el 2016 el gobierno colombiano emitió 8 billones de pesos de TES 2030, de los cuales Templeton adquirió el 50%, convirtiéndose adicionalmente en el dueño del 25% de toda la deuda emitida en esa referencia, calculada en 16 billones de pesos.
Así que reescribamos la introducción. El año pasado, un solo fondo fue la fuerza detrás de la mitad de las compras extranjeras, el único comprador foráneo relevante de bonos del 2024 en adelante y el principal tenedor local y extranjero de los bonos de mayor duración del gobierno.
LA ESTRATEGIA TEMPLETON
A estas alturas el mensaje es claro. Con grandes jugadores, se crea una gran necesidad de conocerlos. Templeton no es un fondo de deuda emergente más. De hecho, gran parte de sus compras las ha realizado a través de un fondo global de deuda, sin restricciones particulares para invertir.
No sigue los tradicionales índices de JPMorgan de deuda y no tiene restricción de calificación. Sus posiciones importantes van desde bonos de Ucrania (calificación B-) hasta Corea del Sur (calificación AA-).
En Colombia tiene una exposición del 3,84% de sus activos administrados, la cual es relativamente pequeña y se ajusta bastante bien a sus apuestas más importantes en México (16,02%, BBB+) y Brasil (15,28%, BB).
Igualmente, es destacable que el fondo no haya vendido ninguna de estas posiciones en la crisis reciente, lo cual indica que no cede fácilmente frente a fluctuaciones de mercado.
No obstante, esto no significa que no venda. Entre el 2013-2015 salió de todo su portafolio de deuda emergente europea, esto fue 25% del valor total del fondo, en donde países como Hungría pasaron de 7% a 0% en un solo año.
EL ESPEJISMO TEMPLETON
Con grandes flujos, grandes distorsiones. Con la llegada de Templeton, comienza una nueva etapa para el mercado local de deuda.
Si bien la financiación externa siempre será bienvenida, ayudando la financiación de nuestros déficits y estimulando la economía a través de bajas tasas de interés, grandes jugadores, inmunes a muchas de las variables locales y que poco les interesan los índices de deuda emergente, significan también grandes costos y un importante reaprendizaje local.
En primer lugar están las distorsiones económicas. Los fondos internacionales son el medio por el cual las bajas tasas llegan al país. Con esto el ahorro local termina invirtiendo en bonos a 10 años a los mismos retornos que un CDT. Todo esto al tiempo que el dólar se debilita prematuramente, cuando aún tenemos un déficit comercial por cerrar y un rebote económico por resolver.
Finalmente, está el tema de la dependencia. Cuando un solo fondo internacional puede comprar la mitad de las emisiones del gobierno en TES TF de todo un año, significa que también las puede vender a conveniencia.
Aunque estamos bastante seguros que Templeton sigue comprando, también estamos convencidos que su estadía no será ilimitada.
Por: Felipe Campos Salazar
Gerente Estrategia e Investigaciones Económicas
Alianza Fiduciaria - Alianza Valores
Un forastero llamado Templeton
El año pasado, un solo fondo fue la fuerza detrás de la mitad de las compras extranjeras.
POR:
Pedro Miguel Vargas
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