La convulsionada política de Estados Unidos ha vivido unas semanas en la que se nota la omnipresencia del ‘legado’ del ex presidente Trump. Por un lado, hubo un allanamiento a la casa del político en la Florida. El Departamento de Justicia y la fiscalía defendieron los hechos con el extravío de información confidencial de la Casa Blanca. No faltaron las acusaciones contra este hecho y la victimización con el argumento de la persecución por parte de los Demócratas.
Pero el tema que ha sorprendido y que demuestra la longevidad de Trump en el partido Republicano han sido los resultados de las primarias para definir los candidatos a las elecciones del Congreso y otras autoridades regionales previstas para noviembre del año en curso. El 80% de los candidatos apoyados por el ex presidente han salido como ganadores de estas primarias.
De 8 candidatos Republicanos apoyados por Trump al Senado, 7 salieron victoriosos, de 21 a la Cámara lo fueron 17, y de 22 a cargos a nivel estatal, 16 salieron elegidos. Y otro aspecto diciente es que de los 10 Representantes a la Cámara que se habían expresado a favor del juicio político del presidente de su partido, 4 han sido derrotados, 4 no se presentaron, y sólo 2 supervivieron. No hay duda de que el partido Republicano es el partido de Trump.
El hecho más importante pareciera ser la derrota de Liz Cheney, la famosa contrincante de Trump al interior de los Republicanos. En las primarias del estado de Wyoming, ella solo logró el 29% de los votos contra más del 60% de Hageman, que recibió el apoyo de Trump. Cheney ha sido víctima de ataques continuos por Trump y sus seguidores. Al reconocer su derrota, Cheney hizo el anuncio de que hará todo lo que está en sus manos para evitar que Trump vuelva a ser presidente.
Estos hechos le permiten a Trump mantenerse vigente y ser el líder de oposición contra un gobierno debilitado principalmente por las fuertes presiones inflacionarias. A pesar de los hechos del 6 de enero y la investigación que se viene adelantando, y que señala que Trump tuvo un rol principal en incitar a la violencia de la toma del Congreso, el ex presidente no pierde su creciente influencia en la derecha populista de EE. UU.
Comprobadas las mentiras que él y sus seguidores difundieron con respecto al supuesto fraude electoral, esto no lo ha debilitado sino fortalecido. Y los candidatos que han salido victoriosos con el apoyo de Trump, reiteran esas mentiras y las convierten en parte esencial de su campaña hacia las elecciones del Congreso.
Trump sigue siendo una sombra en el escenario político de Estado Unidos. Aunque no llegue a ser candidato presidencial, el partido Republicano está en sus manos. Y lo preocupante de esto, es que se trata de una visión que desconoce las reglas básicas de la democracia y que representa el populismo personalizado, sin una visión de liderazgo mundial sobre los valores básicos de occidente, que incluyen el respeto por los derechos humanos, la inclusión y la participación democrática.
Rafael Herz
Analista Internacional