El martes pasado, se votó en California para revocar el mandato del Gobernador Newsom. Los opositores republicanos habían conseguido suficientes firmas para la posible revocatoria de un gobernante que rechaza el partido republicano al existir sustanciales diferencias ideológicas alrededor de temas como la legalización del matrimonio de parejas del mismos genero, o la libertad del aborto como decisión individual, entre otras. Sin embargo, más del 60% del electorado del estado más poblado de los EE.UU. votó por mantener al gobernador en el poder.
La oposición argumentaba, sobre todo, que la administración había incorporado demasiadas restricciones alrededor de uso de mascarillas por la covid, y mandatos exagerados para promover la vacunación. Además, basaba su argumento en las consecuencias de una economía en California que cuenta con altas tasas de desempleo por los cierres del año pasado.
El voto en California tiene al menos dos mensajes claros. Por un lado, señala que la población reconoce hoy la importancia de las medidas anti-covid y, sobre todo, de las vacunas como mecanismo de protección frente al virus. El voto por Newsom es un rechazo a las teorías conspirativas y a favor de la ciencia que ha demostrado con cifras concretas que la lucha contra la covid-19 en el inmediato plazo, pasa por la vacunación masiva. Pero también, señala que el electorado, a pesar de las consecuencias nefastas de la pandemia, puede diferenciar entre lo que está o no está en manos del gobernante.
California es un cambio frente a una época donde el ‘incumbente’ se ve rechazado por el aumento de pobreza, por la incertidumbre generada por la pandemia, por la inseguridad como consecuencia de la falta de oportunidades, y se rechaza la política de manejo de la pandemia. Esto ha ocurrido en latitudes diferentes y sin consideración ideológica. Así, en Latinoamérica, se votó por el candidato presidencial de izquierda en Perú, se acaba de rechazar al gobierno argentino peronista en las primarias de las elecciones legislativas, y Bolsonaro en Brasil y López Obrador en México, de diferentes lados ideológicos tienen los puntos más bajos en encuestas de popularidad.
Pero en Europa también lo más probable es que después de 16 años en el poder, el partido demócrata-cristiano de la saliente Ángela Merkel no sea reelecto para gobernar, y en España, el voto a la Asamblea de Madrid fue un rechazo directo al gobierno del socialista, Pedro Sánchez.
California da una esperanza frente a esta tendencia generalizada. Será importante que en las elecciones que se asoman en la región latinoamericana y en el mundo, el electorado no se deje llevar solo por el descontento generalizado y las propuestas simplistas y populistas, sino contemple con detalle el programa político a ser elegido en una fase en que la reactivación económica, la lucha por la igualdad de genero, cerrar las brechas de ingreso poblacional, la inclusión de medidas contra el cambio climático, el concepto de un desarrollo sostenible equitativo a nivel mundial requieren de mayor liderazgo, y de propuestas concretas y viables, y no del simplismo del ‘voto por lo diferente’.
Rafael Herz
Analista Internacional.
rsherz@hotmail.com