El presidente Biden pronunció su discurso anual del ‘Estado de la Unión’ ante el Congreso. Se felicitó por las buenas noticias de las últimas semanas, incluyendo la reducción de muertes relacionados con covid-19 en un 80% frente al año anterior, y las aprobaciones del legislativo para combatir el cambio climático, aumentar la inversión en infraestructura, legalizar el matrimonio del mismos género, y reglamentar parcialmente el control de armas. Algunas de esas leyes fueron expedidas con el apoyo de la oposición. A esto se suma, que los datos de inflación han bajado en las últimas semanas.
Sin embargo, existen varios nubarrones e incertidumbres. En lo político, es muy probable que la mayoría republicana en la Cámara se vaya a oponer a la agenda del presidente en vísperas de las elecciones en dos años. Ya han anunciado un rechazo a la política migratoria de la administración. Será poco probable que Biden cuente con el apoyo para reformas pendientes, incluyendo aumentar el límite de endeudamiento.
A esto hay que añadir, el aumento de asesinatos en las grandes urbes de un 30% frente a los niveles del 2019, lo que ha sido utilizado por los Republicanos para señalar a Biden como débil frente al crimen. Lo anterior, dado que robos y crímenes callejeros también han venido en aumento. El ejecutivo plantea una serie de leyes para enfrentar esta situación, incluyendo capacitación de la fuerza policial en apoyo de los gobiernos municipales, sin mucho apoyo de la oposición.
En cuanto a la política exterior mucho dependerá de lo que pase en Ucrania. Putin ha redoblado esfuerzos para reconquistar poblaciones estratégicas en el oeste del país. Una victoria, aunque fuera parcial, de Rusia se verá como una debilidad de los Estados Unidos y que las autocracias son capaces de imponer su visión irracional y nacionalista. A esto, se suma la crisis con China alrededor del balón espía, la disputa sobre Taiwán, y la carrera tecnológica.
En lo económico, la inflación sigue estando por encima de la meta de la FED, el banco central. Por otro lado, el mercado laboral ha mostrado cifras récord, con la tasa de desempleo más baja desde hace más de 50 años. Esto, en principio, sería una buena noticia, pero puede resultar en un espiral inflacionario mayor, que redundaría en el aumento de las tasas de interés de la FED con la consecuencia de una posible recesión.
Así, la duda es si este será el último discurso del Estado de la Unión que Biden podrá presentar con optimismo y mostrando resultados, dado varias de las amenazas señaladas.
Sólo una posición fuerte en lo doméstico y frente a las amenazas externas, así como un crecimiento económico con inflación a la baja, permitirán al presidente volver a presentar una situación positiva y probablemente proclamar su deseo de ser reelecto. Las incertidumbres acompañarán este año al presidente y a la Unión americana y es más probable que las cosas no resulten tan positivas como el las señaló en el Estado de la Unión del 2023.
Rafael Herz
Analista Internacional.