MIÉRCOLES, 06 DE DICIEMBRE DE 2023

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Rafael Herz

Las tres I

El populismo y los mensajes superficiales pueden llevar a gobernar, lograr lo prometido y mantenerse en el poder parece mucho menos probable.

Rafael Herz
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Rafael Herz

Esta semana convulsiva ha estado marcada por desarrollos que han despertado preocupación en el mundo, frente a eventos en países que comienzan con la I: Irán, Italia e Inglaterra. Los desarrollos en esas tres jurisdicciones tan distintas entre sí, pueden tener efectos y lecciones importantes.

En Irán, iniciaron las protestas masivas más fuertes en décadas, después de la muerte de una mujer de 18 años en custodia de la policía por el hecho de haber usado el pañuelo sin que cubriera la totalidad del pelo. Esto suscitó una serie de manifestaciones contra el régimen fundamentalista de Raisi que volvió a posiciones extremas basadas en el populismo religioso. Y junto a la crisis económica que se ha venido profundizando ha resultado en que los jóvenes no ven el futuro con optimismo y rechazan el fundamentalismo y su correspondiente exclusión de las mujeres.

En Italia ganó las elecciones la coalición de extrema derecha, con el liderazgo de Giorgia Meloni, que implica que por primera vez una mujer será la primera ministra. La plataforma populista, basada en elementos xenófobos y racistas contra la inmigración, y el rechazo a las restricciones fiscales y monetarias impuestas por al Unión Europea, fueron determinantes para que esta coalición neo fascista llegase al poder. Ahora bien, Meloni tendrá que sopesar darle gusto a ese electorado radicalizado, o cumplir con las obligaciones económicas en el marco de Europa, para poder recibir las ayudas que necesita una industria y una agricultura con problemas estructurales.

Y en Inglaterra, Liz Truss le ganó a su contrincante y anterior ministro de finanzas dentro del partido conservador, con la promesa de reducir impuestos. Y así poco después de llegar al poder redujo la tasa de renta para las empresas, y para la población más pudiente. Todo con el argumento de propiciar crecimiento económico, sin que hubiese claridad como esto se va a lograr en un momento en que las presiones inflacionarias contrarrestan esto a través de una política monetaria contractiva. Y los mercado no creen en la receta económica de Truss tampoco, al haber caído la libra esterlina al nivel más bajo en décadas contra el dólar y haber subido las tasas del los bonos del gobierno. Inversionistas ven en el déficit fiscal que se avecina un peligro inminente.

¿Que tienen en común o de proyección estos desarrollos en países tan disímiles? El común denominador fue la llegada al poder de regímenes basados en mensajes simplistas y demagógicos. Sin embargo, la desilusión al no lograr lo que se prometió, ya implica el rechazo en Irán. En Italia, la pregunta será si el régimen electo sostendrá una política imposible de ejecutar en el marco de Europa, o preferirá someterse a las reglas de la UE y obtener las ayudas desde Bruselas. Y en Inglaterra, la regresividad de la reforma tributaria no se podrá sostener, posiblemente implicando el fin del gobierno conservador antes de lo pensado. La lección general: el populismo y los mensajes superficiales pueden llevar a gobernar, lograr lo prometido y mantenerse en el poder parece mucho menos probable.

Rafael Herz
Analista Internacional

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