El tema del emprendimiento está de moda en Colombia. Mientras el Gobierno promueve políticas que favorecen la creación de nuevas empresas y los llamados ‘actores del ecosistema de emprendimiento’ –entre los que se encuentran las universidades, aceleradoras de proyectos y concursos de creación de empresas– se embarcan en la búsqueda del proyecto perfecto, los emprendedores luchan por destacarse, lograr poner en marcha sus ideas de negocio y mantenerse en el mercado.
Pero no es fácil. Aunque el potencial emprendedor es alto, si se compara con otros países, la mayoría de empresas recién creadas no llegan a los cinco empleados, es decir, son mini pymes que no alcanzan a generar un impacto real en el crecimiento económico.
Uno de los factores más importantes para crear un entorno propicio para el emprendimiento, es el acceso a fuentes de financiación. Y, desafortunadamente, según el Global Entrepreneurship Monitor 2010, “las fuentes de financiación constituyen una de las dimensiones más deficientes dentro del marco de condiciones para la creación de empresas en Colombia”.
¿Cómo se financia un emprendedor en nuestro país?
Principalmente con fuentes informales, como la familia y los amigos, que no son malas fuentes, pero son muy limitadas. En países como Estados Unidos, donde el emprendimiento constituye una fuente fundamental de crecimiento económico, existen vías alternas para la financiación de empresas en etapa temprana. Una de ellas son los ‘ángeles inversionistas’ o Business Angels.
Estas son personas que disponen de un capital, y están dispuestas a asumir el riesgo de invertir en un proyecto con alto potencial, a cambio de generar un alto retorno sobre la inversión en el mediano plazo. Por lo general se reúnen en clubes o redes para acceder a mejores y más proyectos, disminuyendo el riesgo.
La inversión inicial en empresas en etapa temprana no supera generalmente los 500.000 dólares, y se conoce como capital semilla. La participación de los ángeles inversionistas suele ser directa a través de la compra de acciones, por lo que se involucran también en la toma de decisiones de la empresa. Es por eso que a esta fuente se le conoce como ‘dinero inteligente’ o Smart Money.
Cuando la empresa logra superar su puesta en marcha y crecer hasta tener necesidades de financiación superiores al millón de dólares, entra en una segunda fase en la que ya puede acceder a fuentes de financiación formales como bancos o fondos de inversión de los que existe una oferta interesante en Colombia.
Hay entonces, una brecha importante. Se están generando proyectos innovadores, pero las fuentes de capital semilla son incipientes. Existen, eso sí, empresas dispuestas a ‘patrocinar’ a los emprendedores a través de concursos, o asesorándolos en el desarrollo de sus proyectos, sin riesgo. Pero es la disposición al riesgo, precisamente, la característica que define y diferencia a los ángeles de otro tipo de inversionistas.
Cómo promover y crear mecanismos que fomenten la inversión en capital semilla, es un tema fundamental para lograr el salto hacia el desarrollo del emprendimiento en Colombia. Políticas de beneficios tributarios, recursos para la formación de ángeles inversionistas con expertos internacionales y espacios que fomenten el encuentro entre emprendedores y capitalistas, son algunos ejemplos.
En este último aspecto, vale la pena destacar la iniciativa de IE Busines School –líder en formación de emprendedores en el mundo– de traer a Colombia su Venture Day el próximo mes de junio, con el objetivo de crear un espacio que reúna a todos los grupos de interés en el ecosistema emprendedor nacional y permita a los emprendedores tener acceso y vincularse con potenciales inversionistas para el desarrollo de sus proyectos. Al evento asistirán ángeles ínversionistas extranjeros y expertos del IE, que compartirán su visión acerca del desarrollo del emprendimiento a nivel mundial.
PATRICIA SALGAR
DIRECTORA DE IE BUSINESS SCHOOL PARA COLOMBIA, CENTROAMÉRICA Y REPÚBLICA DOMINICANA