Las actuales infraestructuras y modelos de las grandes urbes, no sirven, y estarían abocadas al colapso, como ya ocurre en algunas de las mega ciudades actuales.
Una de las soluciones, de las muchas que harán falta, vendrán de la mano de las TIC y atenderán a cuestiones que van desde un nuevo modelo de urbanismo, de edificación, de sistemas de transporte, de saneamiento, de servicios públicos, de movilidad o de ocio, a otras que afectarán más directamente a la vida personal de sus habitantes.
El concepto “smart cities” enmarca una serie de iniciativas orientadas a hacer posible que la vida en la ciudad sea mejor, más flexible, más sostenible, más eficiente, en definitiva, más inteligente.
Smart Cities hace referencia a la aplicación de las Tecnologías de la Información y Comunicación en las infraestructuras de la ciudad, con el objetivo principal de garantizar el aumento de la calidad de vida de los ciudadanos y un uso más responsable de sus recursos.
Las Smart Cities se encuentran muy ligadas a otro fenómeno reciente, el llamado Internet de las Cosas, donde cada objeto de nuestro entorno, está conectado y es capaz de ofrecer la máxima información en cada momento, sobre su estado y sus necesidades.
La tecnología se encuentra por tanto en cada semáforo, en cada farola y en cada ciudadano, ofreciendo a la Administración Pública y a las empresas de servicios, los máximos indicadores posibles para facilitar su día a día en la ciudad.
Las Smart Cities suponen un gran avance en dos áreas muy importantes como son la economía y el medioambiente. Facilitan un uso más responsable de nuestros recursos, que repercuten de manera directa a las energías renovables y al gasto que se produce dentro de la propia ciudad. Por ejemplo, no es necesario tener toda la noche encendidas las luces de un parque si no hay ninguna persona caminando.
Resulta más eficiente poder regular la intensidad de las farolas en función de la afluencia de personas a través de sensores de movimiento.
También es posible combinar los semáforos con sensores de meteorología para conocer si va a llover y de esta manera prever el consiguiente atasco de tráfico, ofreciendo rutas alternativas para evitar el colapso de las carreteras. Y, mejor todavía, recibir toda esta información en nuestro teléfono móvil.
Pero, ¿puede transformarse cualquier ciudad en Smart City? La respuesta es sí. Las Administraciones Públicas y los ciudadanos están cada vez más concienciados con la sostenibilidad medioambiental y el ahorro de costos.
No es necesario que se trate de una gran ciudad o de una capital de provincia, cualquier núcleo urbano puede dotar sus infraestructuras de la tecnología necesaria para sacar todo el partido de la manera más efectiva posible.
La implantación de esta tecnología requiere una inversión hoy, para disfrutar de sus beneficios mañana.
Ya existen ciudades inteligentes como Málaga o el municipio madrileño Rivas Vacia- Madrid. Este último realizó hace unos años una fuerte inversión en la instalación del cableado de fibra óptica que ha repercutido en una mayor dinamización de sus servicios y en un ahorro cuantificado de un millón de euros al año sólo en la gestión del alumbrado urbano.
En resumen, las ciudades crecerán exponencialmente año a año y el objetivo de las empresas como Tecnocom, es ofrecer a las Administraciones Públicas y a las empresas suministradoras de servicios (agua, electricidad, residuos…) las mejores herramientas TIC para sacar todo el jugo a las infraestructuras urbanas, haciendo un poco más cómoda la vida diaria de los habitantes.
Luis Zanón Rodríguez, Director General Tecnocom Internacional