Hay ocasiones en las cuales las noticias no son malas, pero tampoco son tan buenas. Así podría resumirse lo sucedido en el mercado laboral colombiano en febrero, cuando la tasa de desempleo; a nivel nacional y en las 13 áreas metropolitanas más grandes, mostró una ligera tendencia a la baja.
Según el Dane, el índice de desocupación se ubicó en 11,8 por ciento en todo el país, mientras que en las principales ciudades el guarismo fue de 12,4 por ciento, lo cual representa una caída de una y dos décimas, respectivamente.
El descenso registrado confirma la tendencia a la baja de los últimos tiempos.
Sin embargo, tras las cifras se evidencian los síntomas de desaceleración que pesan sobre el sector productivo nacional. De tal manera, las actividades inmobiliarias, la construcción y la industria fueron las que más contribuyeron al alza en la población cesante.
Aun así, el total de ocupados alcanzó a casi 20,3 millones de personas, lo cual representa un incremento neto del 0,5 por ciento. Además, en las capitales más grandes dicho aumento llegó al 3,5 por ciento, aunque el subempleo subió en una proporción aún mayor.
Hecha esa descripción, lo que más llama la atención es la suerte de diversas áreas metropolitanas.
Entre las que se destacan positivamente, salta a la vista Barranquilla, con un desempleo del 8,1 por ciento en el trimestre móvil terminado en febrero.
La llamada ‘puerta de oro’ confirma su buen momento, impulsado por un clima de inversión favorable y una buena administración local.
Al mismo tiempo, Cartagena y Bucaramanga se mantienen por debajo del promedio nacional, tal como Bogotá. Así, de 23 poblaciones consideradas, 9 van mejor que la media del país.
La otra cara de la moneda es la de Cúcuta, en donde la desocupación llegó al 19,1 por ciento, casi dos puntos y medio por encima que hace un año.
Sin duda, la situación en Venezuela, que se ha traducido en una abrupta descolgada del bolívar en el mercado paralelo, ha impactado actividades como el comercio.
Otras ciudades como Popayán, Quibdó y Armenia tampoco van bien. Sin embargo, el caso más inquietante es el de Cali, en donde el desempleo alcanza el 15,8 por ciento. Por tales razones, hay más luces amarillas que antes en un tablero de control que es clave para que el clima favorable del país se mantenga.