La noticia de un arreglo todavía no se ha producido, pero el anuncio de que las partes en conflicto por fin se sentaron a conversar, fue suficiente para que los mercados bursátiles reaccionaran con entusiasmo, como lo demostró un salto del 2,18 por ciento en el índice Dow Jones ayer. Así podría resumirse lo sucedido después de que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes en Washington, le propusiera a la Casa Blanca una fórmula para destrabar parcialmente el impasse que hoy afecta al Gobierno estadounidense.
La idea en cuestión tiene que ver únicamente con un tema: elevar el techo de la deuda pública, una medida necesaria antes del próximo 17 de octubre si se quiere que el mayor emisor de títulos de deuda del mundo no entre en una situación de moratoria. Bajo dicho esquema, habría una extensión por cinco semanas mientras las bancadas que dominan el Capitolio norteamericano tratan de llegar a un consenso sobre asuntos presupuestales.
Con el correr de las horas el entusiasmos empezó a enfriarse, pues Barack Obama rechazó la iniciativa. Sin embargo, lo que destacan los observadores es que por fin brilló una luz al final del túnel, gracias a que se tendieron puentes para el diálogo.
Faltan, es de imaginar, muchas horas de tire y afloje, pero como en el conocido juego, por fin alguien pestañeó. En tal sentido, la actitud de los republicanos debería dar pie a que los demócratas cedan también un poco, tras lo cual cada lado se encargará de cantar su respectiva victoria.
Lo anterior parte de la base de que la sensatez acabará primando. Pero como la posibilidad de que regrese el endurecimiento de posiciones existe, es todavía temprano para celebrar. Y Wall Street debería tenerlo claro.
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