El aumento de 11,5 por ciento en la producción de café en Colombia confirma que el 2014 fue un buen año para los cultivadores del grano. Y es que aparte de una cosecha que llegó a los 12,1 millones de sacos, según el gremio, los precios experimentaron una importante recuperación.
Tanto las cotizaciones internacionales como el alza en la tasa de cambio se combinaron para que el valor de la carga subiera de forma decidida. Actualmente, esta se encuentra en un promedio de 809.000 pesos, un nivel considerado como suficiente para cubrir costos y dejar un buen margen de ganancia.
Ahora, la pregunta que se hacen los observadores es si este año será mejor que el pasado. Mientras algunos consideran que el plan de renovación de cafetales podría incidir en rendimientos más altos y una mayor oferta, otros opinan que factores como el anunciado fenómeno de el Niño influirán en la floración de las plantas.
A lo anterior se suma lo ocurrido en diciembre. De acuerdo con la Federación de Cafeteros, el mes pasado la producción tuvo una ligera caída del 2 por ciento. Si bien ese retroceso no es significativo, podría implicar que se ha llegado al techo en lo que hace al tamaño de la cosecha colombiana.
Sea como sea, este periodo es propicio para que el proceso de reflexión que se ha venido haciendo, siga su marcha. Más que disfrutar de los buenos tiempos, es de esperar que los cafeteros analicen con espíritu constructivo los estudios entregados por los técnicos de la Misión que fue convocada para examinar el sector.
El motivo es que no hay que esperar a que estalle una crisis para tomar decisiones. Como tampoco desgastarse en los temas políticos internos, cuando lo importante sigue pendiente.
Ricardo Ávila Pinto
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