Hay que reconocer que el Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, ha usado los mecanismos que tiene a mano para atender los múltiples casos que vigila la entidad. En su reciente balance del año, el funcionario dijo que presentará nuevos desarrollos de las investigaciones que sobre diferentes categorías del mercado adelanta la Superintendencia.
La sonada investigación abierta contra el presunto cártel del papel higiénico demuestra que las herramientas jurídicas aprobadas deben beneficiar al consumidor. Particularmente, la delación se usa con buenos resultados en otros países y en otras órbitas.
Cabe, sin embargo, preguntarse si no existe la posibilidad de que termine por convertirse en un arma de doble filo. Los creadores o promotores del cártel que se denuncia pueden evadir su responsabilidad al hacer de delatores.
En concreto, las dos firmas que, según la SIC, habrían iniciado el cártel del papel higiénico desde 1998, están también involucradas en el de los pañales. Hay quienes creen que existe un patrón de conducta corporativa en esas empresas que incluiría el ser responsable de armar y promover el esquema. Así, ganarían con sus efectos nocivos, pero salvarían sus responsabilidades.
En resumen, aparte de evitar la sanción pecuniaria, harían ‘moñona’, pues los competidores a los que convenció de coludirse serán los únicos que paguen las multas y queden debilitados para competir con su delator.
Debido a ello, el reto para la SIC –si de garantizar su credibilidad se trata al estrenar la figura de la delación– será tener la capacidad de aplicar debidamente las normas vigentes que no permiten dar beneficios a quien actúa como instigador o promotor de acuerdos contra la competencia.
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