Wall Street se desplomó este miércoles tras morder la manzana envenenada de Apple, cuyos resultados de ayer le hicieron caer en un profundo sueño que afectó a los tres índices, en especial al Nasdaq. En un año en el que Apple por fin fue aceptado en la élite de las empresas estadounidenses, el Dow Jones de Industriales, la empresa de Tim Cook fue víctima de su propio éxito. Sus resultados no fueron decepcionantes en absoluto (38 por ciento de beneficios más en el mismo trimestre del 2014), pero sí sus perspectivas de crecimiento, algo que hizo cundir el pánico.
Los títulos de la compañía se devaluaron este miércoles 4,31 por ciento, arrastrando consigo al sector tecnológico, que perdió 1,60 por ciento y, por ende, al índice que mayor peso tiene en este sector, el Nasdaq (que cayó 0,70 por ciento) y, en menor medida, a su ‘familia’ bursátil, el Dow Jones, que bajó 0,38 por ciento. Si Apple fue la Blancanieves del día, los enanitos fueron Microsoft, Coca-Cola y American Express, pues sus resultados tampoco convencieron, lo que hace pensar en un ‘embrujo’ de fondo que va más allá de las propias compañías.
Este no es otro que el dólar. En un momento de inestabilidad en los mercados de Europa y Asia, la divisa estadounidense se ha erigido como valor refugio y se ha aceptado un papel hegemónico de doble filo. Así, las empresas, cuanto más peso tengan en su mercado exterior, más están sufriendo estos resultados, pues vendiendo lo mismo ganan menos al cambio. La pujanza del ‘billete verde’ no solo afecta a las compañías, sino a las mercancías, por esto ayer los mercados del azúcar, café, cacao, oro y petróleo también se veían perjudicados.
Según los analistas, el hecho de que el petróleo cerrara este miércoles por debajo de los 50 dólares, el oro se encontrara en su peor cotización en los últimos cinco años, podría llegar a desandar el camino que tanto ha constado recorrer con la Reserva Federal de los Estados Unidos.