Y es que la dureza de la temporada invernal parece haberle pasado su cuenta de cobro a varios sectores productivos en el país del norte.
Al menos eso es lo que afirma más de un experto, a la hora de explicar una sucesión de reportes desalentadores en las últimas semanas.
En contra de las expectativas recientes con respecto a una sólida reactivación, hay síntomas de debilidad en el mercado laboral, el de la vivienda, la industria y el comportamiento de las ventas del comercio.
El principal culpable, entonces, serían las precipitaciones de nieve que se han ensañado en particular contra la costa este de Estados Unidos. Los reportes de sucesivas nevadas, han venido acompañados de cierres de aeropuertos, feriados obligatorios y dificultades logísticas de todo tipo, pues llevar artículos de un lado a otro se ha vuelto más complicado que de costumbre.
Incluso la nueva presidenta del Banco de la Reserva Federal, Janet Yellen, aceptó que la hipótesis de las bajas temperaturas y las tormentas pueden tener cierta validez.
Al testificar ayer ante un comité del Senado en Washington, la funcionaria reconoció que el frío extremo ha jugado un papel, si bien dejó en claro que todavía no se le puede atribuir toda la culpa de una incipiente ralentización.
Aun así, la economista señaló que si la evidencia es concluyente, la entidad a su cargo podría variar su estrategia reciente, consistente en inyectarle menos liquidez al sistema financiero.
A pesar de no haber hecho ningún compromiso, la insinuación fue suficiente para que el mercado accionario reaccionara al alza, con lo cual las bajas temperaturas cesaron. Al menos en Wall Street.