El convenio de intercambio de información con propósitos tributarios que firmaron ayer el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y el embajador de Estados Unidos, Kevin Whitaker, no debería pasar desapercibido en el país y menos por los contribuyentes de ambas naciones. Y es que a partir de la fecha, las autoridades de lado y lado contarán con una poderosa herramienta para combatir la evasión.
De tal manera, a partir de que la Dian expida una resolución al respecto, las instituciones financieras colombianas deberán reportar las cuentas cuyos titulares sean estadounidenses. Ese será un instrumento adicional para una administración que exige el pago de impuestos por parte de sus ciudadanos, independientemente del lugar del planeta en que estos obtengan sus ingresos.
Por su parte, el Internal Revenue Service norteamericano suministrará cada 30 de septiembre y de forma anual, los datos sobre las cuentas o los clientes de instituciones de Estados Unidos que tengan la nacionalidad colombiana. Con base en lo que reciba, la Dian podrá determinar quiénes son residentes fiscales en el país y verificar que estén cumpliendo con sus obligaciones con el fisco.
Al respecto, Cárdenas recordó que es legal tener cuentas en el exterior, siempre y cuando se encuentren reportadas en la declaración de renta. Con relación a los infractores, la reforma tributaria que fue aprobada por el Congreso en diciembre pasado prevé la forma de sincerar los dineros no informados, tras el pago de una tarifa del 10 por ciento.
No obstante, el apretón que se viene es fuerte para quien haga caso omiso de las advertencias. El motivo es que el panorama de la fiscalización cambia de manera radical, y en la medida en que Colombia firme más convenios de este tipo, evadir será cada vez más difícil.
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