Es obligatorio tomar con precaución los datos sobre el comportamiento de la industria hasta el mes de agosto, que ayer fueron dados a conocer por la Andi, en desarrollo de la encuesta mensual que hace el gremio junto a otros, entre ellos, sus afiliados. La razón es que el octavo mes del año estuvo signado por la racha de paros que impidió el normal desarrollo de las actividades en vastas zonas del territorio nacional.
Esa puede ser una razón por la cual la tímida recuperación que se vio en julio se fue al traste en el periodo siguiente. Como consecuencia, el acumulado de la producción manufacturera continúa en negativo con una caída del 1,2 por ciento en lo que va del año.
Quizás lo único rescatable de lo sucedido recientemente, es que menos actividades se encuentran en rojo. Así, de los 17 sectores analizados, ocho van ‘aprobando’ el año, una proporción más elevada que en el primer semestre.
No obstante, temas como los altos inventarios o la escasa demanda, pesan en la calificación que se hace de la situación de las empresas interrogadas. Una vez más, hay que reiterar que dichas opiniones pueden tener el sesgo que acompañó a una época particularmente complicada del devenir nacional.
La compleja realidad puede haber influido sobre los planes de inversión futura. Si en septiembre del 2006 dos de cada tres interrogados afirmaba tener un proyecto de expansión o modernización en curso, ahora el porcentaje cayó por debajo de uno de cada dos.
Todo lo anterior, sumado a las expectativas de corto plazo y al propio desempeño de las compañías, vuelve a dejar en claro que la situación del ramo fabril es compleja. Aunque algunos andan menos mal, las preocupaciones siguen y será necesario un golpe de viento más fuerte para que las cosas mejoren.
Twitter: @ravilapinto
