Lo usual, o al menos así lo afirma el refrán, es que el pan se queme en la puerta del horno. Pero en el caso del túnel de La Línea todo indica que fue posible recuperar una hogaza comestible que parecía haber sido desechada hace tiempo.
Así podría describirse el arreglo que fue anunciado en la noche del martes, mediante el cual el grupo de contratistas encargado de hacer la obra se compromete a completarla en 21 meses. Si la lista de 20 metas específicas se cumple, el 30 de noviembre del 2016 quienes deban atravesar la cordillera, verán aliviado el trayecto por un paso conocido por su dificultad.
La iniciativa es clave para mejorar la conectividad del centro del país con el Eje Cafetero y el Valle del Cauca, pero especialmente con Buenaventura, el puerto por el que sale y entra la mayoría de la carga. Aunque por ahora la vía subterránea sería unidireccional, es un paso que se une al propósito de contar con una doble calzada que sirva para reducir tiempos y costos.
No obstante, para llegar allá, habrá que ir paso a paso. El primero es la constitución de una fiducia que deberá estar lista la semana próxima y será la encargada de administrar los dineros que faltan, no solo para completar el túnel, sino un buen número de puentes y accesos complementarios.
En total, la inyección de recursos prevista es de 327.000 millones de pesos. Estos serán desembolsados a medida que se completen metas parciales, en las que no hay margen de error. El propio Vicepresidente de la República enfatizó en que cualquier incumplimiento anularía lo pactado.
Y aunque ese siempre será el riesgo más grande, la solución es la mejor posible en términos de valor y cronograma. Ojalá así se compruebe de nuevo que esta salida era mejor que la de un pleito.
Ricardo Ávila
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