La incógnita llegó a su fin en la noche del miércoles, después de que el Dane publicara los datos sobre la evolución del Índice de Precios al Consumidor durante los primeros 30 días del 2014.
Según la entidad, el alza fue del 0,49 por ciento, una cifra ligeramente inferior a las apuestas de los expertos. Los tres rubros que más influyeron en el resultado fueron alimentos, salud y transporte, mientras que vivienda, comunicaciones, educación y cultura se mantuvieron por debajo del promedio.
En el acumulado de 12 meses, el guarismo alcanzó 2,13 por ciento.
Ello quiere decir que después de un lapso notorio, la carestía volvió a ubicarse dentro del rango meta fijado por el Banco de la República, cuyos límites inferior y superior son 2 y 4 por ciento, respectivamente.
En tal sentido, podría decirse que las cosas retornan a la normalidad, después de un bache que fue causado por la abundante oferta de comida, a lo cual se sumó el contrabando de productos provenientes de Venezuela.
Aun así, es importante resaltar que cuando se descuentan de la ecuación aquellos bienes y servicios que muestran más volatilidad, no hay motivos para hacer sonar las alarmas.
En conclusión, las señales apuntan a una inflación que debería converger hacia el 3 por ciento anual, con el paso de los meses que vienen.
Dicho nivel se encuentra alineado con las expectativas de largo plazo, lo cual da cierto parte de tranquilidad en este frente.
Si esos cálculos son correctos o no, es algo que se sabrá con el tiempo. Pero por ahora es bueno ver que el asunto de los precios, sigue bajo control.