La publicación de los datos sobre el comportamiento de la economía colombiana durante el tercer trimestre del 2014, programada para la mañana de este lunes, ha generado una considerable expectativa entre los analistas. El motivo principal es que los observadores quieren establecer si ha tenido lugar una desaceleración importante o no, con el fin de reajustar sus proyecciones para lo que queda de este y el próximo año.
De tal manera, un resultado muy inferior al 4,4 por ciento que se ha pronosticado dispararía las alarmas, mientras que uno cercano a las apuestas calmaría las aguas, algo bienvenido en estos tiempos de incertidumbre. Y es que la reciente descolgada en los precios del petróleo ha sido fuente de interrogantes con respecto al futuro cercano.
Vale la pena tener en cuenta, sin embargo, que la minería y los hidrocarburos dejaron de ser el sector líder de la economía hace un buen tiempo. Por eso las miradas se concentran en la construcción, que es la verdadera locomotora del Producto Interno Bruto.
Este capítulo tiene dos ramas de similar importancia. Una incluye las edificaciones (apartamentos, oficinas, centros comerciales, etc.), que avanzan a un ritmo aceptable, a pesar de los problemas que enfrenta la actividad en ciudades clave como Bogotá.
El otro es el de las obras civiles, que comprende carreteras, calles, túneles, vías férreas, puertos, centrales eléctricas y estadios, entre otros renglones. Es en esta área en donde están concentradas las apuestas presentes y próximas, dado el impulso que han recibido ciertas iniciativas como el programa de vías de cuarta generación.
En pocas palabras, la expectativa es que la dinámica sea tal, que sirva para compensar la desaceleración prevista en otros campos. Si los planes se llevan a cabo dentro de los cronogramas establecidos, el crecimiento podría sostenerse por encima del 4 por ciento anual en lo que queda de la década.
En tal sentido, la medición del indicador de obras civiles que entregó el Dane el viernes dejó un sabor agridulce. Es cierto que las inversiones en el tercer trimestre aumentaron a un ritmo anual del 10,9 por ciento, pero ese guarismo es el más bajo del año. Si bien el hecho de que se mantenga en doble dígito es alentador, puede influir en que el cálculo del PIB que sale hoy sea menos bueno. Y deja en claro que hay que hundir el acelerador a ver si entre octubre y diciembre se puede enmendar la plana.
Ricardo Ávila Pinto
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