Cuando los especialistas buscan las causas de que el desempeño económico de América Latina se haya vuelto mediocre en los últimos años, no tienen más que mirar a la evolución del comercio exterior de la región. Y es que en contraste con el auge vivido a mediados de la década pasada, la región se encuentra estancada ahora.
Así lo viene de confirmar la Cepal, que ayer dio a conocer en Santiago de Chile su más reciente reporte sobre la inserción internacional de esta parte del mundo. De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, las exportaciones latinoamericanas aumentarán tan solo 0,8 por ciento este año.
La razón principal tiene que ver con la poca dinámica de algunos mercados externos claves, como la Unión Europea, a lo cual se suma el mal comportamiento del intercambio intrarregional. Y si lo anterior no fuera suficiente, la baja en los precios de los bienes primarios ha golpeado con dureza a las naciones productoras, pues el aumento en el volumen vendido no ha sido suficiente para compensar las menores cotizaciones.
Ante ese comportamiento, la entidad insiste en la necesidad que tiene América Latina de insertarse en las cadenas globales de valor, algo que solamente México ha logrado hacer con éxito. Si bien hay ejemplos puntuales en otras áreas, como el de los textileros peruanos, los casos destacables son pocos.
Como si eso fuera poco, los obstáculos al comercio siguen presentes. En el pasado reciente, Venezuela, Argentina, Brasil y Ecuador –para solo nombrar los más notorios– han adoptado medidas de corte proteccionista.
Debido a ello, la región tiene un nivel de integración relativamente bajo, algo que atenta contra el objetivo de aumentar su participación en las corrientes globales y que puede ser fuente de más problemas.
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