De acuerdo con el reporte hecho por la Bolsa de Valores y Fedesarrollo, la proyecciones sobre el Producto Interno Bruto han venido subiendo.
En concreto, el cálculo para el tercer trimestre supera el 4,1 por ciento, mientras que para el último del 2013 es de 4,3 por ciento.
Bajo la óptica optimista, hay un proceso de aceleración en marcha, pues cada medición sobrepasa a la precedente, lo cual da motivos para mirar con mejores ojos el año que viene.
La otra cara de la moneda es la que muestra que a pesar de que las apuestas van al alza, el país todavía se encuentra lejos de la meta gubernamental, fijada en el 4,5 por ciento para el presente ejercicio.
De confirmarse las predicciones hechas, el incremento del PIB apenas llegaría al 3,88 por ciento, una cifra que bien podría calificarse como mediocre.
En consecuencia, tendría que ocurrir una aceleración inesperada entre octubre y diciembre, para que el resultado supere las expectativas que hoy se tienen.
Por ahora, son pocas las señales de que el viento está soplando con mucho más fuerza, ante lo cual quizás lo más prudente es esperar un desenlace acorde con lo que dicen los expertos y dejar de pensar con el deseo.
La razón es que hay actividades que siguen de capa caída, como es el caso de la industria, mientras que otras que han sido líderes –como la minería– han experimentado una ralentización.
La posibilidad de una sorpresa descansa en el sector de la construcción, impulsado por las edificaciones y las obras civiles, pero este es todavía una incógnita.
Así las cosas, Colombia podría darse por bien servida si su crecimiento se ubica por encima del 4 por ciento.