Lo anterior, busca que las empresas de transporte y distribución realicen las inversiones necesarias para darle seguridad al abastecimiento del gas en el mercado, evitando su interrupción por daños producidos por la naturaleza.
Lo anterior cobra relevancia frente al cambio climático que ha distorsionado la matriz de riesgo con la que se calcularon muchos de los proyectos en el momento de su construcción.
Esto obliga a la adaptación de la infraestructura a los cambios que se han presentado y que se materializaron en el último Fenómeno de la Niña, en el cual se evidenció la fragilidad del sistema del transporte en algunas zonas del país, con el aumento de las lluvias.
Áreas como la cordillera central y los cruces subfluviales del río Magdalena sufrieron cortes por cargas mayores de aguas lluvias, a las previstas.
Los daños en las tuberías producen interrupciones en el suministro de gas, afectando a los distintos consumidores.
Este riesgo puede ser minimizado mediante inversiones adicionales en los sitios donde se han presentado las averías en los últimos años, o donde los riesgos de daño han aumentado. Allí se requiere reforzar la infraestructura.
Una vez expedida la metodología, las empresas podrían presentar a consideración de la CREG proyectos que refuercen la infraestructura y le garanticen confiabilidad al consumidor final.
Eduardo Pizano
Presidente Naturgas
