La semana pasada, el Dane publicó los datos del PIB por el lado de la demanda del primer trimestre de 2014, complementando el reporte de la semana previa, que solo incluyo la información de sectores e informó un elevado crecimiento económico de 6,4 % anual (en adelante, siempre se hará referencia a crecimientos anuales, excepto donde se mencione lo contrario), frente al 5,3% del cuarto trimestre del 2013. La nueva información confirmó que la demanda interna siguió siendo el principal motor de crecimiento local e indica que las políticas monetaria y fiscal contra-cíclicas implementadas durante el 2013, ya cumplieron con su objetivo de ubicar a la economía nuevamente en su potencial.
De vuelta a la velocidad de crucero
De acuerdo con nuestros cálculos, el ciclo económico local ha registrado una fase ascendente desde el tercer trimestre del 2013, el crecimiento potencial es actualmente de 4,7 %, y el crecimiento observado del PIB durante los cuatro trimestres terminados en marzo del 2014 ascendió a 5,5 %. Esto indica que la brecha del producto (diferencia entre el PIB observado y el PIB potencial, como porcentaje del PIB potencial) fue negativa entre el cuarto trimestre del 2012 y el mismo periodo de 2013, y que en el primer trimestre del 2014 llegó a niveles positivos por primera vez desde mediados del 2012.
Al no contar con la información del PIB por el lado de la demanda, no había sido posible establecer si el elevado crecimiento fue impulsado por componentes que se ven afectados por la política monetaria, o por una mayor contribución de la acumulación de inventarios o de las exportaciones netas.
Lo anterior tiene una alta relevancia para las decisiones del banco central, pues no es lo mismo crecer impulsado por el consumo de los hogares y la inversión fija privada, sensibles a los movimientos de las tasas de interés y principales fuentes de la demanda interna privada, que crecer gracias a una mayor acumulación de inventarios o a un mayor dinamismo de la demanda externa.
Los datos conocidos la semana pasada señalan que el buen comportamiento de la economía en el primer trimestre sí fue impulsado por los rubros sensibles a las acciones de política monetaria. En efecto, la demanda interna creció 8,7 %, frente al 5,4 % del cuarto trimestre del 2013, destacándose que el consumo de los hogares y la inversión fija realizaron las mayores contribuciones positivas al crecimiento económico de ese periodo, y además aumentaron su aporte con respecto al del cuarto trimestre del 2013.
El consumo de los hogares, que representa más del 60 % del PIB, pasó de crecer 4,4 % en el cuarto trimestre del 2013 a 5,1% en el primero del 2014. El subcomponente de bienes durables y semidurables (que incluye automóviles y electrodomésticos) aceleró su crecimiento de 2,7% a 6,6 % y explicó casi el 80 % del mayor aumento del consumo privado en ese periodo. La información disponible para el segundo trimestre del 2014 sugiere que continuaría la fortaleza del gasto de los hogares, debido a que la realización del mundial de fútbol en Brasil habría influido en un incremento en la compra de televisores (bienes semidurables) y de alimentos y bebidas (servicios).
La inversión fija también aceleró su crecimiento entre el cuarto trimestre del 2013 y el primero del 2014, de 7,7 % a 14,6%. Así, los rubros de la demanda sensibles a las tasas de interés, entre los cuales incluimos el consumo de bienes durables, y la inversión fija en maquinaria y equipo y en equipo de transporte, aumentaron su crecimiento entre el cuarto trimestre del 2013 y el primero del 2014, de 3,5 % a 9,5 %.
Es importante recordar que el Banco de la República empezó a relajar la política monetaria a mediados del 2012, ante las señales de desaceleración económica de ese momento, y en un contexto de deterioro de la economía global. Entre julio del 2012 y marzo del 2013, la tasa de intervención disminuyó de 5,25 % a 3,25 %, lo cual fue determinante para el cambio en la tendencia del crecimiento económico local a partir del segundo trimestre del 2013, y para el posible cierre de la brecha negativa del producto en el primer trimestre del 2014, según explicamos previamente.
A lo anterior se sumaron diversas medidas relacionadas con la política fiscal, tales como el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (PIPE), el programa de 100 mil viviendas gratis, y la reducción de los costos para la generación de empleo formal promovidos con la reforma tributaria de finales del 2012.
En particular, la inversión fija en construcción de edificaciones siguió registrando una dinámica favorable en el primer trimestre, al crecer 8,3 % y recuperarse de la caída de 3,7 % que registró en el trimestre previo.
Mayor estímulo fiscal y deterioro de la balanza comercial
La inversión fija en obras civiles mantuvo su crecimiento en niveles altamente favorables, al aumentar 25,4 % en el primer trimestre del 2014, frente al 20,8 % del trimestre previo, mientras que el gasto público aceleró su crecimiento de 6,1% a 7,5 %, a pesar de que la economía había consolidado su recuperación en el segundo semestre del 2013 y sugería una menor necesidad de estímulo fiscal. Creemos que pudo haber influido el mejor ritmo en la ejecución presupuestal, tanto de los programas de inversión como de los sociales, en un contexto en el que se cumplía el cuarto año del gobierno Santos y en medio de la campaña reeleccionista del 2014.
La balanza comercial nos sorprendió negativamente, al disminuir en 2,1 puntos porcentuales su contribución al crecimiento económico del primer trimestre del 2014, con respecto a la del trimestre previo, como resultado del menor crecimiento de las exportaciones, que entre el cuarto trimestre del 2013 y el primero del 2014 se desaceleró de 8,5 % a 6,9 %, y del mayor crecimiento de las importaciones, que se aceleró de 7,4 % a 16,3 %. Lo anterior es consistente con una demanda interna que se fortalece y con una economía global que se recupera lentamente.
Julio César Romero
Analista Macroeconómico de Corficolombiana