La innovación es el factor clave para asegurar el crecimiento sostenible y el desarrollo de los países, de las empresas e incluso de los ciudadanos.
Por esa razón, promover una cultura innovadora se ha convertido en uno de los principales retos para las empresas multinacionales en todos los países en los que desarrollan sus actividades, ya que los desafíos del mundo globalizado no se pueden enfrentar actualmente en solitario.
Ninguna compañía puede responder de manera adecuada a las necesidades de los clientes y de la sociedad si no pone en práctica modelos de colaboración interna y externa.
Este es uno de los principales motivos por los que las grandes compañías adoptan un modelo de innovación abierta y en red, en el que se genera un ecosistema innovador que incluye a clientes, empleados, socios, proveedores, universidades e instituciones del conocimiento y la sociedad en general.
Además, hay que adaptarse a las peculiaridades de cada territorio y colaborar con los agentes locales de ese ecosistema.
Para conseguir esa cultura innovadora y reforzar la creación de riqueza es también necesario generar un mayor acercamiento al emprendimiento, al riesgo, recuperar el valor de la creatividad y poner la innovación al alcance de todas las personas.
Uno de los ámbitos que facilitan ese contacto son las tecnologías que impactan más directamente en la calidad de vida de los ciudadanos: las soluciones relacionadas con las ciudades inteligentes, también conocidas como Smart Cities.
El rápido crecimiento de los centros urbanos alrededor del mundo, el importante aumento de sus niveles de consumo, el incremento en sus necesidades de movilidad y la creciente demanda de soluciones de seguridad y de participación ciudadana, entre otros, han generado grandes oportunidades para el desarrollo de soluciones innovadoras que ayudan a afrontar estos retos y que benefician a la sociedad.
Los centros de seguridad y emergencia integrados, los sistemas inteligentes de gestión del tráfico y el transporte, el vehículo eléctrico, las tarjetas inteligentes para proveer distintos servicios o las soluciones de eficiencia energética aplicadas tanto a los edificios y espacios públicos como a las viviendas son buenos ejemplos de ello.
Al tener contacto con este tipo de soluciones se promueve en toda la población una mayor cercanía al desarrollo tecnológico y un reconocimiento de las ventajas de su implementación y de la necesidad de apostar por la innovación como motor del progreso.
El fomento del espíritu emprendedor también es clave y los concursos de ideas, mentoring, plataformas digitales de ayuda, cesión de espacio o laboratorios son ejemplos del apoyo que pueden prestar las grandes compañías para impulsar el nacimiento de nuevas empresas que alimenten ese ecosistema innovador del que, en última instancia, se beneficia la sociedad.
Indra ha establecido numerosas alianzas con universidades y centros de investigación y continúa trabajando para estrechar este tipo de relaciones en todos los países en los que está presente.
La compañía ha desarrollado concursos globales como Indra Future Minds Competition y Piensa en Innovar, orientados a motivar a las personas, empresas y otras organizaciones a desarrollar sus capacidades de innovación.
Además, es socio tecnológico de las empresas y colabora con las Administraciones Públicas para acercar las nuevas tecnologías al ciudadano, minimizando la brecha digital, ofreciéndole soluciones y servicios de valor, promoviendo su participación en las iniciativas públicas y dotando de inteligencia a sus ciudades.
Ese es el reto y la responsabilidad de las grandes empresas: contribuir a poner la innovación al alcance de los ciudadanos.
Fernando Ayala
Director de Indra en Colombia