La representante a la Cámara Tatiana Cabello acaba de radicar una importante iniciativa que tiene como propósito ampliar la licencia de maternidad para atender la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) según la cual el período de lactancia debe ser mínimo de 6 meses. En Colombia actualmente esta licencia es de 14 semanas, con la posibilidad de una hora de lactancia hasta que el menor cumpla 6 meses.
Para empezar, es necesario señalar que el tema del cuidado de los recién nacidos, incluyendo la lactancia, es de la mayor importancia para una sociedad y, en este sentido, se debe valorar la intención de la representante Cabello al plantearlo y proponer soluciones.
Sin embargo, en mi opinión, pueden existir otros caminos para dar cumplimiento a la recomendación de la OMS y, más aún, brindar un cuidado integral a los menores en sus primeros meses de vida, sin alterar el funcionamiento del mercado laboral como eventualmente podría suceder con la propuesta de la representante Cabello. La iniciativa de la parlamentaria podría poner en riesgo la empleabilidad en el sector formal de las mujeres en edad fértil, debido a los sobrecostos que pueden generar a las empresas.
Aparte de las propuestas ya conocidas de crear guarderías y cuartos de lactancia en las empresas, así como tener horarios de trabajo flexibles, la que planteo acá es muy simple: utilizar las vacaciones de los padres. Brindar cuidado a los menores, incluyendo la lactancia, en los primeros meses de vida podría lograrse flexibilizando el esquema actual por el cual se conceden vacaciones en las empresas.
Hoy en día muchas mamás empatan la licencia de maternidad con uno o dos períodos de vacaciones acumulados, y muchos padres de familia toman las vacaciones en coincidencia con las de sus hijos incluso, no solo, en su primera infancia. Si las madres pueden destinar las vacaciones a seguir cuidando el bebé de manera integral después de la semana 14, y después de los 8 días hábiles en el caso de los papás o, incluso, si ambos padres combinan el uso de sus períodos vacacionales, se lograría una mejor atención del bebe en los primeros meses de vida de la forma en que es recomendable.
Con un régimen de vacaciones más flexible, si una pareja está planeando tener un hijo, debería poder informar a sus empresas para que les permitan acumular sus vacaciones de manera anticipada y cuando llegue el momento oportuno puedan acompañar al menor, entre los dos, durante los primeros meses de vida. Si por alguna circunstancia, el bebé no fue planificado, las vacaciones se podrían adelantar y el trabajador pagaría el tiempo posteriormente. En todo caso, para que los nuevos padres puedan dedicar sus vacaciones al cuidado del bebé, incluyendo la lactancia, de manera generalizada, las firmas deben permitir que ello ocurra.
Desde luego que esta propuesta requiere algunos ajustes a las normas laborales sobre las vacaciones; posiblemente, no está exenta de sobrecostos, pero estos serían menores que en la alternativa planteada por la doctora Tatiana Cabello. La flexibilidad propuesta permitiría el cumplimiento de los objetivos, sin que se reduzca la probabilidad de que las mujeres en edad fértil puedan tener un empleo formal.
Hay algunas empresas e instituciones, como los colegios o el aparato judicial, en las que los períodos de vacaciones se deben tomar en épocas específicas del año. En este caso, los padres tienen menor posibilidad de disfrutar de las vacaciones y semanas de receso con sus hijos sea cual sea su edad; en estos casos, se podrían buscar, de común acuerdo con las empresas y entidades, horarios más flexibles de trabajo o soluciones como las mencionadas antes.
En Colombia, aunque no hay evidencia clara, sí hay indicios de que la licencia de maternidad actual, de 14 semanas, es una de las causas del mayor desempleo de las mujeres en edad fértil frente al de otros grupos demográficos. Por lo tanto, alargar la licencia a 18 o 24 semanas puede tener el riesgo de generarles aún más desempleo, lo cual sería un resultado indeseable. Esto en cuanto a desempleo; con respecto a otros resultados del mercado laboral, en un documento reciente las investigadoras Natalia Ramírez, Ana María Tribín y Carmiña Vargas presentan evidencia de que la licencia de maternidad incrementa la probabilidad de que las mujeres en edad fértil no formen parte de la fuerza laboral, desempeñen trabajos como ‘cuenta-propia’ o sean informales. Por ello, debemos tener cuidado con la modificación de las normas laborales dados los efectos colaterales que pueden conllevar.
A propósito de esto, otra alternativa que han venido sugiriendo algunos observadores para dar cumplimiento a la recomendación de la OMS -que tiene además encomiables objetivos igualitarios entre hombres y mujeres-, es la de emparejar las licencias de maternidad y paternidad en 18 semanas. Sin embargo, dicha política elevaría los costos de la mano de obra a las empresas colombianas de forma que sus posibilidades de competencia con firmas extranjeras se verían menguadas en momentos en que no soplan buenos vientos.
Eduardo Arango
Economista