En las últimas semanas, ha habido una serie de críticas a la modificación de la repartición de regalías y, en especial, al recién creado 10 por ciento para Ciencia, Tecnología e Innovación (C, T, I), esto en un año en el que se debatirá el futuro de la reforma a la educación superior o a todo el sistema.
Cuando el presidente Santos acuñó la frase “las locomotoras del desarrollo” y mencionó cinco sectores claves para jalonar el crecimiento del país, alguien le preguntó por qué había dejado por fuera a la educación, y él contestó, solemnemente, “porque la educación es los rieles por donde transitan dichas locomotoras”.
En un país donde una telenovela, con mucho de ficción, nos recordó la gesta de La Pola, donde un niño de quinto de primaria de Tunja no sabe quien fue José Prudencio Padilla y uno de Riohacha no tiene claro qué fue la Batalla de Boyacá, y donde según el Dane, en 1997, el 88,46 por ciento de los jefes de hogar eran analfabetas o no terminaron la primaria o secundaria, no podemos dejar de decir que es un país con un muy bajo nivel de educación. ¡Con razón los bajos índices de lectura!
En una nación que depende de los malditos recursos primarios, para decirlo como lo han dicho varios estudios, y en donde la minería creció 14 por ciento y la agricultura 2 por ciento, y tenemos que importar productos básicos como maíz y papa, teniendo las tierras que tenemos, podemos decir qu este es un país condenado a seguir repitiendo error tras error y a continuar alimentando la enorme inequidad social y económica que hoy nos coloca como la nación más desigual de América, tan solo por debajo de Haití.
¿Cómo cambiar todo eso? No es con el carbón y el petróleo y sus economías de enclave. Y tampoco con el oro o la construcción. ¡Es la educación!
Y ahí viene el ‘sambenito’ de las inversiones en educación, en cobertura, de los esfuerzos por mejorar la calidad; del 10 por ciento de regalías para C, T, I, y nos encontramos con la perla de que los estudiantes de licenciaturas del país no superaron las Pruebas Saber Pro. ¡Los futuros educadores están mal educados!
A los tecnócratas y yuppies de esta nación no se les atraviesa por la cabeza que muchos niños van o son enviados por sus padres, a la escuela por los alimentos que el Estado les brinda. ¡Es apenas lógico en un país, en el que según las propias cifras estatales, al menos el 46 por ciento de la población está en la pobreza o indigencia!
En un país en el cual disminuye el desempleo, pero igual crece la informalidad, lo que hace falta es educación y no salarios diferenciales como lo propone el expresidente Gaviria; eso fomenta la inequidad, ya que muchos informales de hoy serán ‘formalizados’ por sus patrones con sueldos de miseria.
Creemos que la nación debe sentarse, seriamente, a reformar toda la educación y crear una hoja de ruta para dos generaciones. Sí, no menos de 30 años para poder cambiar lo que tenemos. Nos vamos a permitir repetir algo que ya dijimos aquí: “¿Quién pondría en duda que Corea del Sur es un milagro del desarrollo? Hace 50 años, era un país con indicadores económicos como el nuestro. Un investigador mexicano afirma que México tenía un ingreso per cápita superior al coreano hace medio siglo. ¿Cómo lograron dar ese salto? Corea invirtió, primero, en mejorar la educación primaria; luego, en mejorar la secundaria y en enchufarla con la educación tecnológica. ¿Qué pasó con los Inem? ¿Por qué el Sena no se articula con la media y graduamos bachilleres técnicos de verdad? Y después de todo eso, Corea del Sur luchó por conseguir una masa crítica de profesionales en ingenierías que le permitieran industrializar el país y dar el salto a ser una nación productora de bienes de alto consumo…”. Ojo, profesionales en ingeniería, no en ciencias sociales. La mayoría de nuestros pocos PhD son en estas últimas.
Presidente Santos: si la educación son los rieles de las locomotoras del desarrollo ¿por qué no destinar ese 10 por ciento de las regalías para un gran programa concertado y sostenido de toda la educación, incluida la superior? Sea esta la ocasión para crear unos verdaderos y largos rieles para que el desarrollo transite por ahí. Ya hay inconformidad por la tramitomanía impuesta. Aproveche eso y permita que los entes territoriales cuenten con esos recursos, distribuidos desde el MEN; Colciencias y el DNP reiteramos en una verdadera ‘Revolución Educativa’.
Perlas de la C,T,I : Valledupar y el Cesar están esperando hace dos años por la asignación de pares evaluadores para tres proyectos presentados a Colciencias. Colombia se ha rezagado en la industria aeronáutica y sabemos de un emprendedor con un gran proyecto de aviones livianos que está esperando financiación.
Nicola Stornelli García
Gestor del Puerto Digital de Valledupar y de Cesar Digital