Durante la segunda mitad de la década de 1980, tuve la oportunidad y privilegio de hacer parte del equipo de compiladores, traductores y editores del diccionario inglés – español que finalmente publicó Oxford University Press en 1994. Para ingresar a ese equipo tuve que hacer varias evaluaciones, pero hoy aquí me concierne la primera. Tras responder a un aviso limitado en el que solicitaban personal para un proyecto lexicográfico español – inglés, recibí a vuelta de correo una prueba que consistía en traducir, del inglés al español, veinte oraciones más o menos largas, casi todas tomadas de la prensa británica seria y por tanto, para fortuna de los candidatos, casi todas bien redactadas.
Una de aquellas oraciones incluía el término de “shadow cabinet”. Aunque la verdad es que cuando me crucé por primera vez con el vocablo no lo había oído o visto jamás en la vida, bastaron unos pocos meses de vida en el Reino Unido para familiarizarme con la interesante idea. Grosso modo, en el sistema político británico, tan pronto como un partido es elegido al poder, los partidos en oposición nombran su propio “gabinete en la sombra”, equipo que en efecto entraría a gobernar en caso de que el partido en el poder sea derrotado en unas elecciones. En dos palabras, cada líder de un partido en oposición nombra sus propios ministros para cada rama y su oficio consiste en jugar a lo que harían si estuvieran en el poder.
Un concepto que parece primo segundo (antes que primo hermano) del conocido en boxeo como “shadow-boxing”, ya que en este último caso el contendor es literalmente nuestra propia sombra. Ahora, al hacer la prueba, yo opté por un recurso frecuente y a veces necesario en la práctica de la traducción que consiste en no traducir el término sino más bien reemplazarlo por una definición, de manera que yo resolví el problema hablando del “gobierno en oposición”.
Sin embargo, no mucho tiempo después, pero por las mismas épocas, recibí una revista Semana en la que en efecto en un artículo se hablaba (entre comillas, valga decir) de un posible “gabinete en la sombra”. Si no recuerdo mal, corría el gobierno de Virgilio Barco. En fin, todos en el equipo del diccionario leíamos y subrayábamos terminología, neologismos y/o usos curiosos del español en nuestras prensas locales y recuerdo que en aquella ocasión le juré a mi jefa que, de haber oído hablar de ‘gabinete en la sombra’ antes de salir del país (unos tres o cuatro años antes), la expresión me habría sonado a chino básico.
Dicho lo anterior, creo haber escuchado en días recientes el terminacho circulando entre algunos políticos y periodistas y la verdad es que me parecería sanísimo que, en el Congreso, a los partidos les dé por jugar el jueguito a ver si se les pegan algunas de las bondades que dicen emanan de las prácticas lúdicas y si así, jugando, por fin aprendemos a debatir, a hacer oposición y a gobernar en serio.
Juan Manuel Pombo
Profesor y traductor
juamanpo@yahoo.com