Dow Colombia es una de las 100 empresas más importantes de nuestro país. Desde hace más de medio siglo, ha hecho valiosos aportes a la economía nacional generando exportaciones y sustituyendo importaciones de insumos claves para la industria y el campo.
Rafael Pavía fundó a Dow en Colombia, estableciendo en 1962, en Cartagena, sus primeras plantas como filial de The Dow Chemical Company (una de las principales multinacionales del mundo en el campo de los químicos y los plásticos), y fue su presidente durante 20 años de exitosa expansión. En ese par de décadas contrató y entrenó a centenares de profesionales de diversas disciplinas, que no solo hicieron una gran carrera en Dow, sino que, además, han tenido un desempeño sobresaliente en otras empresas y entidades de nuestro país y del exterior.
Un grupo de estos antiguos empleados de Dow, liderado por Rafael Pavía, acaba de publicar un libro muy interesante y útil: Yo trabajé en Dow- Lecciones aprendidas, en el cual se recogen testimonios, experiencias y reflexiones de 36 profesionales que laboraron en esta destacada firma. Los exDow –que editaron, junto con Pavía, esta publicación llena de consejos prácticos– fueron Martha Morales, Diana Rodríguez, Oswaldo Parra, Raúl Sánchez, Alejandro Torres y el autor de este escrito.
Además de los testimonios, aparece una entrevista a Pavía, que debería ser leída por aquellos interesados en aprender de este gran maestro del emprendimiento y la alta gerencia, un ser humano excepcional. Se incluyen también ocho breves capítulos que recogen las principales lecciones, derivadas del éxito de Dow en nuestro país:
- Delegación con control.
- Inversión en el desarrollo profesional.
- Fomento del crecimiento personal.
- Estímulo de un sano balance entre la vida familiar y la laboral.
- Apego total a la ética y respeto por las diferencias.
- Trabajo en equipo en una compañía matricial.
* Orientación a resultados.
* Huella indeleble, sello único, que imprime la organización en toda su gente.
Del prólogo del libro, escrito por Rafael Pavía, comparto con los lectores algunos de sus enriquecedores mensajes:
*Aprendimos que es mejor enseñar y dar ejemplo que reprender o castigar.
*Aprendimos que lo más valioso de una empresa no son sus activos, ni sus productos ni sus finanzas. Lo que cuenta es su gente –inspirada, ética, honesta, que trabaja en equipo–.
*Aprendimos a hacer las cosas bien, la primera vez.
*Aprendimos a recorrer la ‘milla extra’ –ese esfuerzo adicional por el que no nos pagan, pero que debe ser parte de la disciplina laboral–.
* Aprendimos a valorar siempre las ideas de los demás.
Ojalá muchas otras compañías nacionales y extranjeras, que operan en el país, imiten el ejemplo de este libro. Para que las nuevas generaciones de líderes empresariales de Colombia dispongan de abundante y variado material de estudio del que puedan aprender lecciones importantes. Enseñanzas que les ayuden a evitar errores y a multiplicar sus aciertos.
Mauricio Rodríguez Múnera