Crisis como la actual generan nerviosismo en empresarios y empleados, ya que sobre estos últimos se toman decisiones para gestionarla con parcial éxito.
El control de costos normalmente se relaciona con reducción de personal. Por eso, las juntas directivas reciben informes y flujos de caja con reducciones del 8 ó 10 por ciento de la plantilla, además de eliminación de gastos 'superfluos' como capacitación, I+D, y recortes en incentivos y bonificaciones para cumplir las metas financieras.
De otro lado, hay empresas que entienden la temporalidad de las crisis y que los empleados son sus clientes y su principal fuerza de ventas. Por eso invierten recursos en formación, en motivar la generación de ideas y en promover áreas como I+D y servicio al cliente.
En épocas de crisis, los clientes buscan productos y servicios con una clara relación calidad-precio. Esto quiere decir que el producto o servicio debe satisfacer sus necesidades dentro de la situación crítica que enfrentan. El valor agregado a ofrecer será más difícil si las empresas insisten en mostrar un P&G 'bonito' a costa de grandes despidos, y en algunos casos contratando personal de bajo costo, sin medir las consecuencias, pues la calidad disminuye, y cuando la crisis termina son pocas las empresas que sobreviven si no han dedicado este tiempo de oportunidades a invertir en su mejora continua.
El servicio al cliente como valor diferenciador motiva al usuario interno y al externo, genera valor a la comunidad y al Gobierno, que fiscalmente debe mantener recaudos como el impuesto a las ventas.
Colombia tiene un empresariado fuerte, personas innovadoras, productos y servicios con altos estándares de calidad.
Pecamos, sin embargo, al tratar de ser simultáneamente drásticos y amplios: se recorta personal desmejorando la calidad de los productos y se promete al cliente más de lo que se le puede ofrecer. Se trata de no perder consumidores, pero sin olvidar que estos prefieren honestidad en lugar de reclamaciones futuras. Es preferible seguir construyendo programas en beneficio del talento humano. Una crisis exige más que nunca flexibilidad, y sacrificio de beneficios individuales y colectivos.
La actual crisis puede ser gestionada como una gran oportunidad para mejorar haciendo autoanálisis, invirtiendo en I+D y en el crecimiento del personal. Es el momento de analizar cuidadosamente las tendencias del mercado para anticiparse al final de la crisis. Esto es crucial, porque las necesidades del consumidor pueden cambiar al buscar mayores ahorros en sus adquisiciones.
De ser inevitable el recorte de personal es importante retener empleados que, por su valía, ayudarán a salir de la crisis. Grandes corporaciones, que continúan satisfaciendo las necesidades de los consumidores, fueron creadas en época de crisis.
Porqué mantener empleados en época de crisis
Es el momento de analizar cuidadosamente las tendencias del mercado para anticiparse al final de la
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