A través de los años el mundo ha venido enfrentando diferentes revoluciones que han determinado el crecimiento de la economía y flujo de los negocios. Puntualmente, la era de la economía de la información ha producido cambios definitivos en materia de colaboración, conexiones e híper conectividad. Los cuales se ven reflejados en el acelerado crecimiento de las redes sociales.
Así como las personas, las empresas aprovechan las oportunidades que brinda la tecnología, la movilidad y las conexiones. Como resultado, los procesos empresariales se simplifican, las redes de trabajo crecen, la cadena de valor se enriquece y el mercado se expande. Y ocurre lo inevitable: surgen nuevos retos determinantes del futuro comercial como resultado de la digitalización en el mundo de los negocios.
Ligado a esta digitalización inminente hay algunos aspectos claves. En tan solo 36 meses, el 50% de la población mundial será nativa digital. Esto significa que los millennials, ocupa buena parte del mercado laboral. Para ellos, el trabajo ya no es un lugar, es una actividad. Las interacciones son en tiempo real y las decisiones no dan espera. Son los representantes de la era de la inmediatez, donde los negocios dependen de las tecnologías.
Otro factor esencial lo constituyen las redes de negocios: la globalización. Hoy, más de 2,000 millones de personas hacen uso de internet en el mundo. La economía tradicional, basada principalmente en la manufactura de productos y servicios tangibles, evoluciona hacia las actividades virtuales.
La conexión de dispositivos ahora se produce también con objetos. Esto lleva a otro factor determinante: internet de las cosas (IoT). Diversos elementos (sensores, aparatos electrónicos) pueden conectarse para crear un mundo más inteligente.
De la convergencia entre las redes sociales, de negocio y el IoT surge la economía en red, la nueva revolución de los negocios en materia económica. Pone sobre la agenda global temas como costos, inversión, nuevos mercados, usuarios y proveedores. Es decir, las implicaciones de costear el conocimiento a nivel mundial. Sin duda, es el nuevo giro: impulsar la adopción de tecnologías y replantear los modelos económicos.
En resumen, la economía en red es un valor derivado de productos y servicios que se intercambian a través de una red global de compradores y vendedores, todos relacionados a través de tecnologías masivas de dispositivos móviles, la nube, redes sociales y las conexiones de máquina a máquina. Todo esto es 4.900 millones de veces más fuerte este año y se espera que crezca a US$25.000 millones en 2020, según Gartner.
La economía en red no se centra en el valor de una sola empresa, sino en el que la red de empresas de todo el mundo puede generar. El verdadero trabajo radica en la capacidad de ayudar a los clientes a hacer negocios de una manera nueva basado en tecnologías e innovación.
Francisco Reyes
presidente de SAP Región Norte de América Latina & Caribe