No hay duda de que el mes de noviembre de 2012 será recordado con poco cariño por los colombianos.
Y es que otra vez, por cuenta de la compleja realidad nacional, el talante pesimista volvió a ser mayoría entre los ciudadanos.
Así lo dejó en claro una encuesta de Datexco, hecha para El Tiempo. Según el sondeo, si en septiembre pasado el 58 por ciento de los interrogados opinaba que en el país las cosas iban por buen camino, en el mes que acaba de terminar dicha proporción bajó 15 puntos porcentuales.
En contraste, quienes creen que las cosas andan mal saltaron del 32 al 48 por ciento en el mismo lapso.
La causa principal de ese giro fue la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, relacionada con el archipiélago de San Andrés.
El fallo del tribunal generó no solo un profundo rechazo en la opinión, sino la impresión de que Colombia había defendido mal sus intereses.
La víctima inmediata de lo ocurrido fue el Gobierno. Tanto la popularidad de Juan Manuel Santos, como la aprobación a su gestión y a la defensa en La Haya fueron ácidamente calificadas, a pesar de que cuando llegó a la Casa de Nariño la suerte estaba echada en este tema.
Y aunque en los últimos días el Ejecutivo trató de recuperar la iniciativa con la denuncia del Pacto de Bogotá, la promesa de hacer respetar los derechos de los isleños y la voluntad de hablar directamente con Nicaragua, todo indica que será necesario esperar un tiempo para que la herida comience a cerrarse.
Dicha apreciación se extiende a otros temas. Noviembre trajo también consigo una fuerte crisis por cuenta de la intervención y posterior liquidación de InterBolsa, la sociedad comisionista cuyos malos manejos son analizados por las autoridades.
El descalabro de la firma golpeó con dureza al mercado accionario y lesionó la confianza en las autoridades, así estas hubieran reaccionado bien para evitar un contagio.
No obstante, las millonarias pérdidas incurridas y los damnificados –que crecen si se incluyen otras sociedades vinculadas– dejaron secuelas que se sentirán en el futuro cercano.
Ricardo Ávila Pinto