La pregunta que se está haciendo con más frecuencia es la del título de este artículo: ¿quién es la candidata o el candidato que podría remplazar a Uribe?
El periodismo colombiano acostumbra hacer listas de personas para responder a esa pregunta y por eso se cae, generalmente en círculos viciosos. No surge gente nueva. Es así como por lo general estas listas desembocan en los Santos, los Lleras, los Rojas, y en personajes de actualidad que van haciendo cola y carrera en los medios. En esta ocasión, esa metodología no ha producido candidatos vigorosos, porque la mayoría de ellos están agazapados esperando a ver.
Los colombianos todavía no tienen claro qué tipo de líder quieren, pero sí tienen muy claro que quieren un líder que no puede ser timorato, si va a remplazar a Uribe. Quizás es oportuno entonces promover una discusión sobre las cualidades que tendrían que tener las candidatas o candidatos presidenciales.
Lo primero que se requiere de ellas o de ellos es que tengan liderazgo. Cuando uno dice que hay que esperar a que surja alguien más y recuerda que, a estas alturas en el 2001, muy pocos habían percibido que Uribe podría ser presidente, le responden que los líderes tiene que ser valientes y que si no se han lanzado al ruedo es porque le tienen miedo a él.
Otra característica importante es que no sean blandengues y que claramente estén dispuestas (os) a continuar aplicándole presión militar a los ejércitos ilegales y a las mafias. Pero no calificaría alguien que solamente prometa continuar haciendo lo mismo, porque eso se da por descontado, y el país espera iniciativas que acerquen el país a una paz duradera y a la armonía social.
De particular importancia es que la candidata o candidato entienda que Colombia no es el ombligo del mundo y que ofrezca alternativas para lidiar con el problema del narcotráfico. La represión de la oferta, por la que Colombia paga un precio excesivo, no ha dado los frutos esperados. Los márgenes de ganancia son altísimos, alimentan los ejércitos irregulares y propician el caos en el país para que progrese el negocio. Colombia está en mora de proponerle a la comunidad internacional un 'nuevo trato' en la lucha contra el narcotráfico.
Para poderlo hacer tiene que revisar su política de relaciones exteriores y si va a hacerlo con autoridad tiene que presentar una cara limpia. No puede continuar tolerando corrupción en el Gobierno ni en la fuerza pública, y demostrar que toma en serio los derechos humanos. El candidato o candidata tiene que comprometerse con una política de cero tolerancia a las violaciones de estos derechos. No puede seguir en la tónica de que los falsos positivos no tienen la importancia que se les da, o que quienes los rechazan lo hacen con fines políticos; o decir que a los sindicalistas los matan por colaborar con la guerrilla o por problemas de faldas (o pantalones), o que el señor Vivanco de Human Rights Watch es aliado de las Farc.
El compromiso del candidato o candidata con el país tiene que ser de resultados, no de medios. Debe hacer un contrato con el público. Las obras públicas que anuncie tiene la obligación de hacerlas y cumplir con los resultados que propone. Si se compromete a erradicar la politiquería no puede hacer lo contrario.
A la luz de la experiencia de Obama en Estados Unidos, las mujeres, los miembros de minorías -indígenas y afrodescendientes- y los que generen confianza en un cambio político y social podrían tener muy buen acogida.
Si no es Uribe, ¿quién?
No calificaría alguien que solamente prometa continuar haciendo lo mismo, porque eso se da por desco
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Estos son los mejores colegios de Colombia, según los resultados de las Pruebas Saber
Inician las obras de la subestructura de la primera línea del Metro de Bogotá
Destacados
Más Portales

Nuestros columnistas

Camilo Sánchez
Las TIC no son servicios públicos domiciliarios

Rodolfo Segovia S.
'Burla burlando van los tres delante'

Alejandro Aguirre
de Salesforce Colombia
IA ¿entre Millennials y Generación Z?

Francisco Montes
Reforma a la salud: económica en lo regional

Rafael Herz
El experimento argentino

Roberto Angulo
rangulo@inclusionsas.com
Las grandes ciudades aliadas

Jorge Restrepo
X: @jorgearestrepo
Una recesión inhumana

Yuliette García
El arte de comunicar en Startups
La comunicación es el motor de una startup que quiere marcar la diferencia.

Gonzalo Gallo González
El poder de la gratitud
Todo mejora en tu ser y en tu vivir simplemente al practicar el arte de ser agradecido.

Salomón Kassin Tesone
Drama en la sala de juntas

Andrés Espinosa Fenwarth
El país pide la renuncia del ministro Jaramillo
Pese a su tardía retractación, quedaron en letra de molde sus extraviadas posturas.

Andrés Barreto
Día del médico a la colombiana

Miguel Gómez Martínez
El misterioso factor

Otros Columnistas
Calcomanías en motocicletas

Ricardo Gaitán
Papá Noel, potente ícono de marca
Coca-Cola estrenó su “nueva identidad humanizada” en la Navidad de 1931.

Gustavo H. Cote Peña
Descongestión judicial considerando al contribuyente
La entidad impositiva debería quedar obligada al uso permanente de la norma del CPACA.

Mauricio Cabrera Galvis
Empleo sin crecimiento

Beethoven Herrera Valencia
Panamá, soberanía y transnacionales

Ricardo Villaveces P.
¿Quién podrá ayudarlo?

Sergio Calderón Acevedo
La vajilla rota
El balance del primer año de la economía real es solo negativo.