Puede sonar sorpresivo que en medio del desánimo que se nota en diferentes segmentos del consumo, la proyección de venta de automotores en el 2018 muestre un aumento que podría considerarse como saludable. Según los pronósticos de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos), las ventas llegarán el próximo año a 251.000 unidades, una mejora del 6,8 por ciento frente a la proyección del presente año.
Las causas del incremento estimado en las matrículas son varias. Para comenzar, el valor del dólar debería mantenerse relativamente constante o con tendencia a la baja, como resultado de la caída en los precios del petróleo, que es el gran determinante de la divisa.
No menos importante es la tendencia a la disminución de las tasas de interés, en respuesta al recorte en el costo de los fondos que le provee el Banco de la República al sector financiero. Hasta ahora, la rebaja asciende a tres puntos porcentuales que todavía no se sienten de manera plena, pero que eventualmente se traducirán en ofertas de crédito más atractivas, tanto en monto como en plazo.
Aparte de lo anterior, está la percepción de que la economía logrará mejorar su ritmo. Una tasa de crecimiento más elevada debería repercutir en la demanda de todo tipo de vehículos. De hecho, en el caso de las motos la apuesta es de un alza del 9 por ciento en las ventas en el 2018.
Si los números mencionados se cumplen o no, es algo que solo se sabrá con el tiempo. Por ahora, es clara la esperanza de que vendrán tiempos mejores. El anhelo de quienes operan en el sector es que sea el primero de muchos ejercicios con signo creciente.
Y es que a pesar de la reactivación pronosticada, hay que recordar que todavía estamos en cifras modestas. Romper la marca histórica de 326.344 unidades colocadas en el 2014 es algo que aún se ve lejano, pues para ello se requiere que el viento que empieza a soplar a favor, lo haga de manera más fuerte. Hay un cambio de marcha, pero falta.