La sesión de junta directiva del Banco de la República del viernes pasado constituyó no solo el último evento importante del año en materia de economía en Colombia, sino que les sirvió a los analistas para repasar cómo ve la entidad las cosas en el 2019. Más allá de la ausencia de decisiones sorpresivas, la mirada a la bola de cristal por parte del Emisor dio pie a varias conclusiones interesantes.
En primer lugar, el crecimiento económico avanza a ritmo moderado. De un pronóstico de 2,7 por ciento para el 2018 hace unos meses, ahora la apuesta es de 2,6 por ciento. La disminución de una décima puede parecer secundaria, pero refleja un menor vigor en la actividad productiva. Más llamativo aún es que la proyección para el año que viene también se redujo a un rango de entre 3,3 y 3,5 por ciento, tras haber estado en 3,7 por ciento.
En segundo término, queda claro que las condiciones en el plano internacional han variado sustancialmente, como se nota en la fuerte caída del precio del petróleo. Ello golpea no solo los márgenes de riesgo de los títulos de deuda, sino que hace pensar que el déficit en las cuentas externas estará por encima del observado en el 2017, lo cual puede convertirse en un dolor de cabeza.
Un tercer elemento es la observación de que el alza en la tasa de interés que el Banco les cobra a las entidades financieras por darles liquidez temporal, se demoraría más de lo que creían los expertos. Aunque en este campo las autoridades usan un lenguaje críptico, los que se precian de leer entre líneas sostienen que las vueltas de tuerca comenzarían a finales del próximo semestre, entre otros motivos porque las presiones inflacionarias, derivadas del fenómeno de ‘El Niño’, serían moderadas y la economía anda a media marcha.
Y en cuanto a la tasa de cambio, no pasó desapercibida la afirmación según la cual el precio del dólar ha sobrerreaccionado al notable descenso en las cotizaciones de los hidrocarburos. Falta ver si el mensaje de que el billete verde debería ubicarse en cercanías de los 3.150 pesos, es confirmada por el mercado, que, por ahora, piensa otra cosa.